Revuelo en las pantallas

NUEVA YORK.—AT&T confirmó el domingo la compra de DirecTV por un total de $48,500 millones. Es un acuerdo que llega tres meses después de que Comcast anunciara la compra de Time Warner Cable por una cantidad similar.

Son dos acuerdos que suponen un fuerte cambio en el panorama de la televisión e Internet.

Es una transformación sobre el que aún tienen que pronunciarse los reguladores de la competencia, porque lo que podría pasar es que el negocio de la televisión y la mayoría de las suscripciones a la banda ancha de Internet quedarán en manos dos gigantes.

Y eso significaría que habrá menos alternativas para unos consumidores que ya tienen pocas a la hora de contratar el proveedor de televisión.

Las facturas del cable o el satélite, que no han hecho más que subir en los últimos años no bajarán para los hogares, y estas empresas tendrán más poder para negociar con las de contenido para sentar las condiciones en las que se emite la programación. La factura de la televisión por cable o satélite cuesta un promedio de $90 al mes.

Aunque muchos clientes se han desconectado del cable y ven más shows y video a través de Internet en sus dispositivos móviles, es posible que acaben haciéndolo con las mismas empresas con las que desconectaron la televisión.

Esta ola de fusiones reducirá aún más el número de empresas que ofrecen los servicio de banda ancha y wi-fi. Si AT&T ofrece sus servicios de Internet a los clientes de DirecTV, como servicio integrado, y se hace con el mercado de esta empresa, tanto esta operadora como la nueva Comcast pueden llegar a controlar más del 55% de todo el mercado de acceso a Internet.

Y todo ello mientras la FCC repiensa la neutralidad de la Red. Las autoridades han aprobado preliminarmente la creación de carriles rápidos para que los proveedores de contenidos como Netflix o Hulu puedan llegar con rapidez y calidad a sus clientes previo pago. Es algo que a esta empresas fusionadas les da aún más mejor mercado.