El perfil de Letizia Ortiz, de periodista a reina

Tiene 41 años, trabajó en CNN y TVE; estuvo casada y se divorció; desde el 22 de mayo de 2004 es princesa

Letizia Ortiz.

Letizia Ortiz. Crédito: EFE

Casada desde hace una década con el heredero de la corona de España, Letizia Ortiz Rocasolano, hija de una familia de clase media y experiodista de televisión, será la primera reina de origen plebeyo en la monarquía española, a la que aportó su estilo moderno.

Guapa, inteligente, meticulosa, concienzuda y creativa. Así describen sus conocidos a esta mujer, nacida el 15 de septiembre de 1972 en Oviedo (Asturias, norte) de padre reportero y madre enfermera, quien aseguraba: “nunca he pensado en la vida ser otra cosa que periodista”.

Sin embargo, su vida dio un giro de 180 grados cuando el 22 de mayo de 2004 contrajo matrimonio con Felipe de Borbón. Pese a suscitar las críticas de quienes esperaban una princesa de cuna noble, la boda puso fin a años de especulación sobre la vida sentimental del príncipe y aportó un aire nuevo a la familia real.

“Doña Letizia le ha abierto la mente a Don Felipe“, decía un miembro de su familia al biógrafo británico Andrew Morton. “Con Letizia el príncipe ha abierto los ojos al mundo”, coincidía éste.

De ojos verdes y cabello castaño, mirada franca, sonrisa impecable y extrema delgadez, sus primeras apariciones como princesa fueron la ocasión de que Letizia mostrarse un carácter fuerte que tuvo que aprender a limar, al menos en público.

Abandonó así su actividad profesional y comenzó una etapa de aprendizaje de protocolo para asumir sus nuevas funciones en el seno de la familia real y convertirse en la esposa atenta del heredero al trono de España.

Observada muy de cerca por la prensa española, cuida al extremo su imagen, siempre impecable con sus zapatos de tacón alto, sus elegantes trajes por debajo de la rodilla y sus sofisticados vestidos de noche, diseñados por creadores españoles.

Princesa de Asturias, de Gerona, de Viana, duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer, Letizia se ganó el aprecio de los españoles en la ceremonia por las víctimas de los atentados islamistas del 11 de marzo de 2004, que dejaron 191 muertos y más de 1,500 heridos en Madrid.

Y en febrero de 2007, tras el suicidio de su hermana menor Erika, de 31 años, perdió definitivamente a ojos de los españoles su aparente frialdad.

Sin embargo, diez años después de su boda con Felipe, quien tras la abdicación este lunes del rey Juan Carlos se convertirá próximamente en monarca, algunos le siguen reprochando una actitud distante.

Y aunque con los años pasó a estar cada vez más presente en actos y ceremonias oficiales, siempre se mantuvo discreta y algo relegada por la Casa Real a un segundo plano tras su esposo, cuyo papel se afirmaba día a día.

Muy conocida por haber trabajado en la televisión pública, “en algún momento ha habido un cierto temor a que Letizia pudiera tapar un poco al príncipe, entonces hay una decisión que, sin que desaparezca, no sea la principal” figura de la pareja, explica José Apezarena, autor de un libro sobre la pareja.

De su unión nacieron dos hijas: la heredera del trono, Leonor, nacida el 31 de octubre de 2005, y Sofía, nacida el 29 de abril de 2007.

Pero ya antes de su boda con Felipe, su rostro era conocido de los españoles, desde que en julio de 2003 empezó a presentar el telediario de la sobremesa en la televisión pública (TVE), para pasar poco después al noticiero de la noche, el de mayor audiencia.

Atrás quedaban sus primeros pasos como periodista en el diario La Nueva España de Oviedo o su tarea como reportera en el diario mexicano Siglo XXI de Guadalajara, poco después de obtener su diploma en Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

A su regreso a Madrid, Letizia Ortiz emprendió una carrera profesional en televisión, que la llevó a varios canales privados, entre ellos Bloomberg y CNN+, hasta que en 2000 entró en TVE, para la cual cubrió acontecimientos como los atentados del 11 de septiembre de 2001 o la llegada de buques hospital españoles al sureste de Irak después de la guerra.

Cuando conoció a Felipe en 2002, estaba divorciada del escritor Alonso Guerrero, uno de sus antiguos profesores de literatura con quien se casó en 1999, tras diez años de vida en común, y del que se separó un año después.

Pero esto no representó un contratiempo para su boda con el príncipe, dado que el matrimonio se había realizado por lo civil lo que permitió a la Iglesia católica afirmar que no tenía validez.

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