Monseñor Romero: liberador de conciencias

Su biógrafo oficial relata su impacto en la sociedad

Óscar Arnulfo Romero fue declarado oficialmente "mártir" por el Papa Francisco.

Óscar Arnulfo Romero fue declarado oficialmente "mártir" por el Papa Francisco. Crédito: <copyrite>Archivo </copyrite><person>< / person>

San Salvador

“Monseñor Romero significa un prócer de la nueva época de El Salvador. Él nos ha liberado de las ataduras de tanto miedo”.

Las palabras provienen de Jesús Delgado, principal biógrafo del asesinado arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero, entre 1977 y 1980. Delgado, escritor, teólogo y periodista, recuerda que Romero era un “hombre de derecha, tradicionalista y muy conservador”.

Sin embargo, también reconoce que “hubo un cambio producto de las circunstancias de aquel entonces. Lo que tuvo que cambiar él era su modo humano de asumir la voluntad de Dios”.

“Romero fue educado en la teología de iglesia fundada por Cristo: (primero) la jerarquía y luego el pueblo de Dios. El cambio por el contrario implicaba primero al pueblo de Dios y dentro, como servidores, a los jerarcas”, apuntó Delgado, al comentar que ese cambio de comprensión se fue dando paulatinamente en el religioso.

Monseñor Romero sufre un fuerte impacto con el asesinato, el 12 de marzo de 1977, del sacerdote jesuita Rutilio Grande, párroco del Paisnal emboscado por elementos de la Guardia Nacional (GN).

Grande era miembro de la corriente de la Teología de la Liberación, que acompañaba las luchas de los desposeídos en toda América Latina.

Es entonces cuando Romero encabeza la denuncia frontal por el respeto a los derechos humanos, contra las masacres que a diario se daban en El Salvador.

Desde el púlpito Romero le ordenaba a los policías y soldados desobedecer las órdenes de matar que dieran los oficiales, hasta su asesinato, el 24 de marzo de 1980, en el altar de la capilla de la Divina Providencia del Hospitalen San Salvador

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