Tres cubanas atrapadas en México
Una de ellas amenazada y dos desaparecidas mientras peleaban la custodia de sus hijos de padres mexicanos
ECATEPEC, México.- Mónica Fernández se casó con su novio mexicano al que conoció en una discoteca de La Habana después de un año de idílico romance que se deterioró cuando ella vino a vivir a este municipio del Distrito Federal, donde ahora pelea la custodia de dos hijos.
Las cosas iban mal desde que el marido la llevó a vivir con los suegros, comenzó a golpearla y la puso a trabajar en su negocio 10 horas al día, pero la gota que rompió la relación fue cuando ella propuso emigrar, relata.
“Vámonos para Miami”, dijo a su marido porque estaba harta de la inseguridad, las intromisiones familiares y el amor en picada.
Mónica, como muchos de sus compatriotas que llegan a México, miran al norte como una válvula de escape si las cosas se ponen mal o como un trampolín para huir de la mala economía de la Isla. Siempre nos quedará Estados Unidos, dicen entre ellos.
Desde octubre de 2013 a diciembre de 2014, la guardia fronteriza estadounidense CBP reportó que llegaron a la frontera suroeste 23,948 cubanos procedentes de México. Esto es: 1,596 cada mes.
Los cubanos son el único grupo de migrantes a los que desde 1966 EEUU da residencia en cuanto llegan al territorio si no son interceptados por mar, en cuyo caso son regresados. Es la ley que llaman Pies secos, Pies mojados.
“Vete tú, si quieres, pero mis hijos se quedan aquí”, le respondió el esposo a Mónica Fernández. Ella lucha ahora por obtener su custodia.
“Muchos mexicanos, principalmente hombres maduros, van a Cuba a buscarse jovencitas para tener aventuras y algunos se casan aunque saben que corren el riesgo de que ellas se vayan una vez que están fuera”, destacó la abogada Cecilia Cabrejos, fundadora de la Fundación Mira por Ellos, quien atiende varios casos de migración.
“Después viene el choque cultural: la minifalda, los escotes de la mujer que tanto les gustaron allá, aquí comienza a inquietarles y quieren controlarlas; las relaciones se complican y a veces los hijos quedan en medio de terribles peleas legales donde la inmigrante siempre está en desventaja”.
Así fue el caso de Mónica y de dos muchachas que hoy se encuentran desaparecidas y reportadas así ante la embajada de Cuba en México.
Yulianne Barzaga, de 19 años y oriunda de La Habana, Cuba, desapareció cuando empezó una batalla legal por la custodia de su hijo a principios del año pasado.
Para abril, perdió todo contacto con los amigos cercanos: “ Dejó con los abogados su pasaporte y el documento de residencia en México y no hemos vuelto a saber de ella”, dice una vecina que omite su nombre por seguridad.
Su ex esposo, Rafael Zarrabal, por el contrario afirma en entrevista telefónica que la ha visto cerca de casa con su nueva pareja y que desde el divorcio se desatendió de su niña de dos años. Pero afirma que no sabe dónde vive su ex mujer.
“Deja de molestar, aquí por tres pesos te desaparecen”, amenazó la suegra de
Rachely Moreno, de 23 años, oriunda de Camagüey y madre de un niño de seis meses, que también está desaparecida.
Dejó sin recoger su documento de residencia en México en manos de sus abogados poco después de que denunció amenazas e intimidaciones de la familia.
Durante el proceso de divorcio, su esposo la había demandado legalmente para que “le pagara los gastos por sacarla” de Cuba y le quitó al hijo. Este diario buscó al hombre, pero no respondió al teléfono.
Temerosa de correr una suerte similar, Mónica mantiene un bajo perfil. “No dudo que enojado, mi esposo me haga algo malo porque él quiere volver y yo me quiero divorciar”, cuenta.
“Yo no sé si otras se puedan irse sin sus hijos, pero yo voy a luchar por ellos aunque me tenga que quedar y dejar para el futuro mi deseo de una mejor vida en Miami”.