Editorial: El racismo entre los latinos

El racismo, el clasismo y sus efectos discriminatorios lamentablemente están vivos entre la comunidad latina inmigrante.

El caso de Figueroa es un llamado de atención para poner las barbas en remojo.

El caso de Figueroa es un llamado de atención para poner las barbas en remojo. Crédito: Getty Images

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El caso del comentario de Rodner Figueroa en Univision sobre la Primera Dama, Michele Obama, desató con razón un revuelo sobre el racismo, y la discriminación dentro de la comunidad latina, víctima y culpable a la vez en ciertos casos.

El despido del presentador por parte de la cadena televisiva es una decisión de una empresa privada que reaccionó con rapidez, molestia y vergüenza porque uno de sus empleados comparó en pantalla a una afroamericana con un mono. Esta es una ofensa racista y monumental en la sociedad estadounidense en la que nos desenvolvemos los hispanos.

Ya no hablemos de la señora Obama como cónyugue del presidente, sino de un ser humano, una persona de raza negra en una nación donde el racismo jugó, y sigue jugando un penoso papel que ha vuelto a resurgir con fuerza los últimos meses con varios casos trágicos. Las noticias diarias con su cuota de tensiones raciales a lo largo de la sociedad son la muestra de un problema que está lejos de estar resuelto.

Esta es una realidad que nadie puede ignorar y donde la categoría de inmigrante no sirve de justificación para el desconocimiento, especialmente aquel que sirve de excusa después de que se cometió la ofensa.

El racismo, el clasismo y sus efectos discriminatorios lamentablemente están vivos entre la comunidad latina inmigrante. Los prejuicios aprendidos en los países de origen se extienden a la nueva tierra. El desarraigo ayuda en muchos casos a que el desdén hacia personas de diferente origen sirva para unir a coterraneos en el exterior.

No se debe permitir que los odios raciales, los desprecios de clase y el antagonismo por nación de origen se desarrollen y crezcan en la comunidad latina. Ya existen en varias partes de Estados Unidos demasiados prejuicios contra los latinos como para aumentar estas presiones entre nosotros. Nada más triste que el inmigrante que necesita sentirse superior a otro inmigrante para lidiar con la discriminación que sufre.

El caso de Figueroa es un llamado de atención para poner las barbas en remojo. Para ser concientes de los valores de la sociedad en que vivimos y de respeto a los demás. Especialmente con los inmigrantes conque compartimos las alegrías y tristezas de iniciar una nueva vida en Estados Unidos.

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