Jornada política con muertos y boicot

Violencia en América Latina.

Violencia en América Latina. Crédito: EFE | EFE

MÉXICO

El fantasma de la barbarie prevalece en México a pesar de los avances democráticos. Las elecciones intermedias para renovar el congreso, alcaldías y nueve gubernaturas se mancharon con tres muertos, dos funcionarios de casillas quemados, 56 detenidos por diversos delitos electorales y casillas anuladas.

El epicentro del llamado al boicot electoral lo concentró el sur del país, donde los hechos violentos sumaron 115 averiguaciones previas que inició la Procuraduría General de la República (PGR), principalmente en Guerrero y Oaxaca.

El primer muerto fue de los opositores al boicot en protesta por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y la complicidad del crimen organizado en Tlapa, donde maestros y activistas protagonizaron un enfrentamiento con policías federales que sitiaron el municipio ubicado en la montaña de Guerrero para garantizar los comicios.

De acuerdo con la versión del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, los uniformados allanaron el domicilio de algunos de los profesores y, sin orden de detención ni cateo, detuvieron a siete; en represalia, pobladores y maestros detuvieron a 35 policías a quienes sus compañeros liberaron por la fuerza, entre gases lacrimógenos y armas de fuego.

Finalmente murió por impacto de bala el joven Antonio Vivar Díaz, estudiante del último año de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

Al mismo tiempo,  26 de las 50 casillas electorales fueron bloqueadas en Tixtla, Guerrero, más del 50% del total que permite solicitar a la anulación de las elecciones en el municipio.

Más al sur, en el estado Oaxaca, 15 municipios fueron escenario de disturbios. En cinco de ellos, los partidarios del boicot se enfrentaron con policías federales y el ejército por la quema de casillas y papelería electoral que impidió a140, 000 personas ejercer su voto.

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) anunció que pedirá la anulación de las elecciones en dos municipios oaxaqueños: Flores Magón y Tehuantepec, donde no se cubrió ni el 5% de la participación.

En hechos aislados, la prensa local reportó en el estado el asesinato de José Alfredo Jiménez, ex edil de San Miguel Chimalpa, presuntamente cuando “acarreaba” gente para votar a cambio de dinero. En Puebla, Carlos García Orozco, operador político del Partido Revolucionario Institucional en el municipio poblano de Libres recibió un disparo en la cabeza cerca de una mesa de votación.

En Jiutepec, un municipio del estado de Morelos cercano a la capital mexicana, dos funcionarios de casilla fueron quemados por un hombre que sin explicaciones roció gasolina sobre las boletas electorales y luego lanzó un encendedor.

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