El movimiento táctico que ganó las Finales
Iguodala se llevó el premio de 'MVP' al agotar a LeBron, y eso puede ser el inicio de una era de dominio de los jóvenes Warriors
La situación era de suspenso para los Warriors de Golden State. Habían perdido dos días antes en el tercer partido de las Finales para quedar en peligrosa desventaja de dos juegos a uno contra los Cavaliers de Cleveland.
El partido 4 se iba a jugar en Cleveland y si en algún momento los aficionados al basquetbol sintieron que LeBron James podría convertir el milagro de llevar un campeonato a esa ciudad, era ahora.
Entonces alguien tuvo una idea que posiblemente se convertirá en una leyenda de la NBA, al menos en el área de la Bahía. Ese alguien es Nick U’Ren, un asistente de 28 años de edad del entrenador Steve Kerr.
La idea fue cambiar la alineación y esquema táctico de los Warriors para incluir al veterano Andre Iguodala, conocido por sus habilidades atléticas y defensivas, con la intención de frenar a James, quien promediaba 41 puntos por juego hasta ese momento.
A Kerr le gustó la recomendación y dejó en el banquillo al centro Andrew Bogut sin importar que de pronto pareciera desprotegerse en la pintura. Iguodala inició el partido tras haber sido suplente toda la temporada regular y los playoffs. Y entonces la serie al mejor de siete cambió. Golden State no volvió a perder.
LeBron fue limitado en ese juego a 20 puntos por la defensa de Iguodala, quien además se dio tiempo para anotar 22 por su causa. Al juego siguiente, el mejor basquetbolista del mundo anotó 40 puntos, pero Iguodala le hizo fallar mucha veces, lo exigió al máximo, y lo agotó.
Para cuando el sexto juego llegó, LeBron estaba vacío; encestó 13 de 33 intentos, apenas 2 de 10 en triples y perdió seis balones. Iguodala había hecho su tarea, adornándola con 25 puntos que le ayudaron a Golden State a ganar su primer campeonato de la NBA en 40 años con un triunfo de 105-97.
Por todo lo anterior, Iguodala, en su campaña 11 en la liga, fue nombrado el Jugador Más Valioso de las Finales.
“Nadie nota que dentro del equipo estaba el ‘MVP’ de la temporada (Stephen Curry), ni que yo salí de reserva durante la temporada regular”, dijo Iguodala respecto al compañerismo en el equipo, todavía con olor a champagne tras la victoria 83 de la temporada para los Warriors, la tercera mayor cifra que se haya registrado.
“Marcar a LeBron James es la misión más difícil que hay en el basquetbol”, destacó Kerr. “Pero es que (Iguodala) también nos ayudó en otras muchas facetas del juego”.
Iguodala concluyó las Finales con promedios de 16.3 puntos, 5.8 rebotes, 4 asistencias y la distinción de ser el primer jugador de la historia de las Finales en ser el “MVP” a pesar de no jugar un solo partido de titular en la temporada.
Curry, por su parte, se sobrepuso a dos juegos difíciles (el 2 y el 3, ganados por Cleveland) para guiar a su equipo, especialmente con un infernal juego 5 (37 puntos) y como anzuelo para los Cavaliers, que le jugaron al doble equipo, lo que abrió espacios aprovechados por otros Warriors.
Pero más importante para Curry es que tiene en sus manos el trofeo Larry O’Brien, el que realmente importa. Ese trofeo le pertenece por primera vez a la Bahía. Había pasado tanto tiempo desde la anterior coronación de los Warriors que el trofeo emblema de la NBA ni siquiera existía.
Bahía de campeones
Aunque es la primera vez en 40 años que los Warriors de Golden State se coronan monarcas de la NBA, la Bahía se ha acostumbrado a celebrar de triunfos. Tan sólo el otoño anterior los Gigantes de San Francisco ganaron su tercera Serie Mundial en un lapso de cinco años. Los Earthquakes de San José ganaron dos Copas MLS (2001 y 2003). En los años 80 y principios de los 90, los 49ers fueron el equipo más ganador de la NFL, y la primera mitad de los 70 les perteneció a los tricampeones Atléticos de Oakland. La diferencia entre los Warriors y todos los otros equipos es que ellos no están identificados como equipo de una sola ciudad, y por eso hoy se celebra en toda el área de la Bahía.
Mirando al futuro
Stephen Curry se aventuró a decir que los Warriors de Golden State son uno de los mejores equipos de la historia de la NBA. Basados en total de victorias, lo son. Un análisis objetivo de los mejores equipos de todos los tiempos como los Celtics de Bill Russell, los Lakers de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar o los Bulls de Michael Jordan, ataja el entusiasmo del mejor tirador de la NBA.
No obstante, estos Warriors sí pueden acercarse a los grandes y el campeonato consumado el martes puede ser sólo el principio. El núcleo de estrellas es joven y con línea de crecimiento: Curry tiene 27 años, Klay Thompson 25, Draymond Green 25, Harrison Barnes 23, y sólo Andrew Bogut (30) puede ser considerado un veterano entre los cinco abridores del club, además de que el entrenador, Steve Kerr, campeón y Caoch del Año como novato, tiene 49 años.