Lucha por ‘La Paloma’ termina en subasta a favor de inquilinos

El Community Land Trust de San Francisco logró comprar el inmueble por $3.28 millones

Los inquilinos de La Paloma lograron recaudar $328,000, el 10% del valor de la propiedad, dinero dirigido al Community Land Trust, quien compró el inmueble en una subasta.

Los inquilinos de La Paloma lograron recaudar $328,000, el 10% del valor de la propiedad, dinero dirigido al Community Land Trust, quien compró el inmueble en una subasta.  Crédito: Marc Hors | La Opinión de la Bahía

Tras semanas de lucha, angustia y frustración el ‘Palacio la Paloma’ (Pigeon Palace) ha quedado en manos del Community Land Trust de San Francisco después de una disputada subasta que tomó lugar el 17 de junio en un juzgado de sucesiones.

El triunfo de la adquisición significa que los inquilinos podrán permanecer en el inmueble sin la preocupación de que el costo de sus arriendos suba desorbitadamente. El Palacio la Paloma, ubicado en Folsom Street, es considerado un lugar histórico y de un valor social significativo en el barrio La Misión.

Dieron las 9 del mañana cuando residentes y simpatizantes del lugar se reunieron frente a las puertas del juzgado de San Francisco, donde el juez Peter Busch presidió el caso que el describió como “uno de los casos con más ímpetu” que había visto.

Cuando el caso de expropiación y venta del edificio se presentó en el juzgado de sucesiones, una impetuosa exposición de argumentos tomó lugar.

Su propietaria Frances Carati, una mujer de avanzada edad, quien se opuso a la venta, había firmado una carta de intención, o contrato de arras, para que el costo de los arriendos del edificio se mantuviera asequible. Sin embargo, dicho documento se consideró inválido debido a que un examen de aptitud mental indicó que Carati no tenía la capacidad mental de entender su situación jurídica y financiera.

Así fue como el juez comenzó a descartar argumentos por lo que por unos momentos se sintió que el caso estaba perdido y que la subasta no sería pospuesta o anulada. Luego, la subasta comenzó.

Momentos de tensión

El juez Bush inició la subasta en $2.35 millones. De inmediato abogados y representantes de grupos inmobiliarios y bancos se enfrascaron en una voraz puja por adquirir el inmueble que rápidamente alcanzó los $3 millones. Al llegar a esta cifra la sala quedó en silencio. Solo Bush rompió el silencio con un rotundo “¿Alguien da más?”.

Richard Hurlburt del Community Land Trust inició su puja para que el inmueble quedara en manos de sus inquilinos. Hubo solo un representante de un millonario ruso, quien siguió pujando hasta que este cedió al llegar a los $3.28 millones ofrecidos por Hurlburt.

Bush terminó adjudicando la propiedad al Community Land Trust. La mayoría de los presentes saltaron en un grito de euforia y de victoria.

Más tarde, Margaret Cooley, amiga de la organización, explicó que pensaba que el hecho de que amistades de los inquilinos ocuparan casi todos los asientos de la sala fue de gran ayuda ya que al no estar permitido permanecer de pie provocó que varios posibles pujantes quedaran fuera de la sala sin tener posibilidad de participar en la subasta.

Minutos después Carin McKay, inquilina del Palacio la Paloma, facilitó a modo de comprobante de pago un cheque de $328,000, el 10% del valor de la propiedad. El dinero fue recaudado por los inquilinos del Palacio la Paloma, quienes se destacan entre la comunidad de San Francisco por su dedicación al arte, la cultura y el apoyo en la lucha contra el SIDA.

McKay destacó también la importancia del activismo y del trabajo en comunidad. Sin el apoyo de los vecinos y amistades, la situación quizás, dice ella, no se hubiera solucionado. “Me siento bien poder estar de nuevo en casa,” dijo.

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