4 lecciones de dinero que debes enseñar a tus pequeños
Los niños deben aprender en casa bueno hábitos como los modales, la lectura o el buen manejo del dinero
En un mundo perfecto, los padres y educadores (por no mencionar a la sociedad) se esmeran por asegurar que los niños conozcan sobre temas financieros y consideren a las habilidades vinculadas al dinero igual de importantes que la lectura, la escritura y la aritmética. Pero nuestro mundo, desde luego, no funciona así, y usted debe ayudar a los pequeños a aprender habilidades financieras básicas a la vieja usanza. Vale decir, con el ejemplo.
Veamos cuatro de las habilidades prácticas más básicas sobre el dinero que puede enseñarle a sus hijos:
- Calcular el cambio. Hace varios años, recibí una cuenta de un almuerzo en un restaurante de $12.65. Le entregué a la cajera un billete de $20 y después me di cuenta de que seguramente también tenía algunas monedas de 25, 10 y 5 centavos.
La cajera ya había ingresado el monto a pagar en la caja cuando yo le acerqué el cambio. Miró el billete y las monedas y me devolvió mis 65 centavos mientras comenzaba a juntar mi cambio de $7.35. “No sé hacer el cálculo”, me dijo.
Las calculadoras y las registradoras que realizan el cálculo por nuestros hijos, sumado a una sociedad que cada vez usa menos efectivo, podrían crear una generación que no sepa calcular el cambio. La incapacidad para calcular el cambio representa la falta de la habilidad para realizar cálculos, que es el equivalente en matemática al analfabetismo. Las personas que no saben restar 20 menos 12 en su cabeza son vulnerables tanto a que las estafen como a cometer ellas mismas errores matemáticos (incurridos a menudo contra el resto de nosotros).
Saber sumar y restar dinero con facilidad es la primera habilidad necesaria para adquirir conocimientos financieros.
Existen abundantes juegos y juguetes infantiles que enseñan a calcular el cambio. Puede practicar con ellos para enseñar denominaciones de dinero, así como formas de comprobar cálculos mentales.
- Equilibrar una chequera. Una vez trabajé con una mujer que no llevaba un registro de cheques. Todos los días (mucho antes de que existieran los registros de cuentas en línea) llamaba a su banco para verificar su saldo. Si le avisaban que había dinero en su cuenta, se sentía libre de gastarlo a pesar de saber que tenía cheques y otros cargos no procesados.
No tener el control de la cuenta corriente es una excelente manera de incurrir en sobregiros. Es imposible llevar un registro y planificar los gastos, y mucho menos equilibrar la chequera, si uno nunca escribe los créditos y los gastos. Además, el banco puede cometer errores. Si usted nunca equilibra su chequera, nunca advertirá los errores cometidos por su banco.
Cuando sus hijos aprendan a sumar y restar con varios dígitos, pídales que lo ayuden a registrar sus depósitos y sus compras. A medida que crezcan, pueden ayudarlo a equilibrar su chequera y leer sus extractos de cuenta.
- Pagar las cuentas. El problema con esta habilidad es que probablemente usted nunca la haya aprendido sino hasta que se vio en la necesidad de hacerlo por sí solo.
Pagar las cuentas demanda principalmente organización: usted lleva un registro de los gastos a medida que se incurren, sabe con exactitud cuándo pagar para evitar cargos por mora y mantiene registros de lo que pagó. Aun un niño con habilidades para el dinero podría en un principio tener dificultades para mantener ese nivel de organización.
Al igual que con la chequera, pídale a sus hijos que lo ayuden. Muéstreles dónde guarda las facturas en papel hasta el momento de pagarlas y hágalos participar cuando coloque los recordatorios del pago de cuentas en el calendario.
El aspecto más importante de las cuentas, desde luego, es contar con suficiente dinero para pagarlas. Pídale a sus hijos que lo ayuden a calcular cuánto dinero queda en su cuenta después de pagar las facturas -una excelente oportunidad, también, para analizar las diferencias entre necesidades y deseos.
- Armar un presupuesto. Esta habilidad crítica difiere un poco de las otras que aparecen en esta lista. Presupuestar exige llevar un registro de sus gastos, fijar objetivos, planificar las finanzas y ejercitar autodisciplina, lo cual no es en modo alguno un proceso sencillo, y hasta los expertos en la preparación de presupuestos pueden tener que rediseñar la estrategia una y otra vez.
El armado de un presupuesto es una habilidad muy compleja, en parte, porque no hay dos presupuestos de hogares que luzcan exactamente igual. La clave consiste en aprender cómo adaptarse a los cambios en las finanzas. Si usted le muestra a sus hijos cómo llevar registro de los gastos, planificar las erogaciones futuras, separar con claridad las necesidades de los deseos y lidiar con las adversidades financieras imprevistas, ellos entenderán qué es lo que necesitarán hacer en sus propias casas algún día.
Además, permita que sus hijos practiquen armando presupuestos de pequeña envergadura con su asignación para gastos. No hay mejor lección del hogar en este caso que administrar el efectivo propio.
Administrar el dinero es una habilidad de vida tan importante como los modales en la mesa o la lectura. No importa qué tan cómodas sean sus finanzas, lo mejor es que sus hijos aprendan estas habilidades de usted.
– Jeff Rose/AdviceIQ