Guerras aztecas en el ring que nunca se olvidarán

La pelea Mares-Santa Cruz promete marcar el inicio de una nueva rivalidad entre campeones mexicanos

Acción de la tercera batalla entre Marco Antonio Barrera (izq.) y Erik Morales, tal vez la mejor rivalidad de la historia entre peleadores mexicanos.

Acción de la tercera batalla entre Marco Antonio Barrera (izq.) y Erik Morales, tal vez la mejor rivalidad de la historia entre peleadores mexicanos. Crédito: Getty Images

México es un país de boxeo. Alrededor de 150 púgiles nacidos ahí han ostentado un campeonato mundial reconocido, existe toda una cultura mexicana del deporte de los puños y muchas veces son sus aficionados los que invaden las arenas y engrosan las audiencias de televisión de las grandes funciones.

Tomando todo eso en cuenta es lógico que haya habido a lo largo de la historia grandes rivalidades entre peleadores nacidos en México, si bien muchos fanáticos preferirían no ver esas confrontaciones que suelen dejar derrotado a uno de sus compatriotas.

Y ahora que Leo Santa Cruz y Abner Mares están por enfrentarse en Los Ángeles para, posiblemente, iniciar una nueva rivalidad “azteca”, vale la pena recordar algunas de las más memorables.

Se habla mucho del estilo guerrero del peleador mexicano, que siempre va hacia adelante y nunca se rinde. Las siguientes tres rivalidades han ayudado a cimentar y nutrir dicha tesis.

‘Púas’ vs. Chucho: 44 rounds salvajes

Tal vez la primera gran rivalidad de mexicanos que conmovió a México y a la comunidad mexicana y latina de Estados Unidos fue la de Rubén “El Púas” Olivares y Jesús “Chucho” Castillo a principios de los 70.

Olivares, de la brava colonia Bondojito de la Ciudad de México, y Castillo, originario del estado de Guanajuato, pelearon tres veces en el Forum de Inglewood en un lapso de 12 meses.

El “Púas”, que era un enorme ídolo en México, ganó por decisión el 18 de abril de 1970 en pelea de 15 asaltos para retener sus títulos de peso gallo. Fue una gran batalla que incluyó un derribe sufrido por Olivares. La revancha de Castillo llegó el 16 de octubre del mismo año y esta vez él se impuso por nocaut técnico luego de que el campeón no pudo continuar en el round 14 por una tremenda cortada arriba de su ojo izquierdo.

La trilogía se completó el 2 de abril de 1971 con victoria de Olivares por decisión. Fueron 44 rounds de castigo mutuo en los que Olivares, un noqueador de época, no pudo terminar a su fiero contrincante, pero de todos modos sacó la mejor parte.

“Se ha ido un verdadero guerrero que se moría siempre en la raya”, le dijo Olivares en 2013 al diario La Jornada tras conocerse que Castillo había fallecido a los 68 años de edad. “Nos enfrentamos tres veces y fueron combates durísimos porque Chucho era un pegador tremendo… Se me fue mi eterno rival y mi eterno amigo”.

Morales y Barrera, al límite

La amistad que se formó entre Olivares y Castillo no podría existir entre Erik Morales y Marco Antonio Barrera, quienes exhibieron en el ring el odio que llegaron a tenerse fuera de él, en la más ácida rivalidad de la historia del boxeo mexicano.

Morales, de Tijuana, y Barrera, de la Ciudad de México, nunca se cayeron bien. No se olvida aquella pelea auténtico barrio bajo que tuvieron en plena conferencia de prensa y la serie de ofensas que se lanzaron alrededor de una épica trilogía que atrapó la imaginación de los aficionados.

El “Terrible” ganó la primera pelea el 19 de febrero de 2000 para unificar el campeonato mundial supergallo, aunque muchos observadores creen que Barrera mereció el triunfo. La revancha fue el 22 de junio de 2002, en peso pluma, y la decisión le favoreció al “Barreta”, pero el público se quedó con la impresión de que Morales había ganado.

Y el tono se mantuvo en el tercer pleito, celebrado el 27 de noviembre de 2004 en peso superpluma, otra contienda clásica, memorable, ganada por Barrera por decisión.

Las peleas Morales-Barrera se caracterizaron por la acción al límite durante los 36 rounds de batalla, con cerca de 4,300 golpes lanzados entre ambos y siempre con decisiones controversiales de los jueces. Dos de los enfrentamientos fueron nombrados Peleas del Año por la revista The Ring. 

Márquez y Vázquez se acabaron

Rafael Márquez (hermano menor de Juan Manuel) e Israel Vázquez no pelearon tantos rounds como Olivares-Castillo y Morales-Barrera, pero de todos modos se golpearon tan fuerte en sus primeros tres combates que literalmente se acabaron el uno al otro en sus carreras.

El error de estos dos guerreros de la Ciudad de México fue subirse a pelear tres veces, con heridas y todo, en un lapso de apenas 363 días.

Márquez le ganó a Vázquez la corona de peso supergallo el 3 de marzo de 2007 cuando el campeón no pudo seguir por nariz rota luego de siete rounds. Muy calientes los ánimos se dio la revancha el siguiente 4 de agosto y “El Magnífico” se desquitó por nocaut en seis asaltos.

Y la tercera parte fue el 1 de marzo de 2008 en Carson, California y resultó la mejor de todas, cuando Vázquez vino detrás en el round 12 (premiado como el mejor asalto del año) derribando a Márquez y obteniendo una decisión dividida muy protestada.

Hubo una cuarta pelea entre ellos en 2010 que fue un fiasco, al terminar muy pronto por una cortada de Vázquez, una pelea que no debió ocurrir.

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