Reforma energética mexicana naufraga en una tormenta política, dice WSJ
El gobierno de Peña Nieto no ha podido superar temas como la fuga de “El Chapo”. El desinterés y las inconformidades contra su reforma estrella crecen
La tormenta política en México es una de las grandes amenazas de la Reforma Energética. Lejos de traer el empleo y crecimiento prometidos, hasta ahora los más afectados son los trabajadores, quienes ante el nuevo esquema y la baja en los precios internacionales del petróleo son víctimas de despidos y disminución en sus ingresos, principalmente en la zona de Campeche. Testimonios de algunos afectados e incluso exejecutivos de Petróleos Mexicanos (Pemex), señalaron que este es un mal momento para aplicar cambios tan drásticos en el sector.
La reforma prometía la creación de 500 mil empleos hacia 2018.
El diario estadounidense The Wall Street Journal, señala que la situación no sólo es complicada en las zonas petroleras de México sino también en la capital del país, donde se siente la “frustración” por el fracaso de la tan esperada apertura de la industria petrolera a compañías extranjeras.
“Lo que vemos ahora es un montón de gente sin trabajo debido a la reforma de Peña Nieto”, dice Enrique Rivera, de 48 años, un trabajador de mantenimiento desocupado. “Una gran cantidad de empresas de servicios tomó sus plataformas y se fue”, cuenta Rivera, quien también culpa de la situación a la brusca caída de los precios del petróleo.
“Por desgracia, es muy mal momento”, reconoce Adrián Lajous, expresidente ejecutivo de Pemex y miembro del Centro de Políticas Globales de Energía de la Universidad de Columbia.
El diario estadounidense publica que los analistas y los observadores no están tampoco muy convencidos. “La competencia por los cada vez más escasos presupuestos de las petroleras se ha acentuado drásticamente, lo que ha cambiado de manera significativa el equilibrio de poder entre las empresas y los países productores, para obligar a los productores a ofrecer condiciones más ventajosas o afrontar la posibilidad de una caída de la producción y los ingresos”.
Los problemas internos que enfrenta el gobierno de Peña Nieto, a juicio de la publicación, también son un elemento que influye de manera importante en el fracaso de la reforma estrella de su administración.
Entre estas dificultades enumera la fuga “de un importante capo de la droga de una prisión de máxima seguridad” –Joaquín “El Chapo Guzmán” Loera-. “La tormenta política que se está gestando ha centrado el descontento en la Reforma Energética y amenaza con descarrilarla”.
DESPIDOS Y MISERIA EN CAMPECHE
El diario narra la situación en Ciudad del Carmen, Campeche, en su momento centro de actividad de Pemex en el estado. Aquí los trabajadores culpan en parte a la Reforma Energética por los despidos en las plataformas marinas que producen la mayor parte del petróleo de México. Estiman que Pemex y sus subcontratistas se están replegando en previsión de la llegada de los extranjeros que recibirán algunos de los campos que controlaba el exmonopolio estatal.
Hoy, México subasta nueva yacimientos en aguas poco profundas del Golfo de México, en lo que podría ser, según los analistas, la mejor oportunidad de este año para atraer inversión foránea. Pero de estos pozos, se espera colocar tres, es decir, sólo la tercera parte de la oferta.
Los campos tienen reservas comprobadas y probables, lo que significa que se han encontrado cantidades comerciales de petróleo, y se hallan en un área donde los costos de producción han estado tradicionalmente por debajo de 20 dólares por barril. Veinte empresas y consorcios han reunido los requisitos para postularse, incluyendo Chevron Corp. , la china Cnooc Ltd. , Royal Dutch Shell PLC y nuevas empresas mexicanas con billeteras grandes como Carso Oil & Gas SA, vinculada al multimillonario Carlos Slim.
“No es el panorama que las autoridades esperaban enfrentar cuando lanzaron la ambiciosa reforma en 2013… Sin embargo, la reforma que el gobierno presentaba como arrolladora ha tropezado en momentos en que la industria reduce frenéticamente los mismos tipos de proyectos que México les ofrece”, cita el diario.
Recuerda que hace dos años, cuando el país estaba cerca de convertirse en un importador neto de petróleo, el Presidente Enrique Peña Nieto decidió abrir la industria energética —lo que exigió una reforma de la Constitución— de modo que las compañías internacionales pudieran ayudar a recuperar gas y petróleo de los campos antiguos y encontrar nuevas reservas en aguas profundas o en depósitos no convencionales como los de esquisto.En aquel momento, el petróleo se cotizaba arriba de los 100 dólares por barril y el gobierno esperaba la llegada masiva de capitales. “México creó un fondo soberano para canalizar ese dinero hacia la educación y otros programas sociales una vez que los nuevos contratos comenzaran a generar impuestos y regalías más allá de las necesidades fiscales. El país calculó que la reforma energética añadiría el equivalente a 1 por ciento de su Producto Interno Bruto cada año a partir de 2018”.
“Las cosas comenzaron mal. Cuando el gobierno lanzó en julio la primera subasta de derechos de exploración en las aguas poco profundas del Golfo de México, los precios del crudo habían caído a menos de 50 dólares el barril. De los 14 bloques que el gobierno puso a subasta, sólo dos recibieron ofertas, y ninguna provino de grandes compañías extranjeras”, publica el WSJ.
Esto obligó al gobierno a flexibilizar los términos de la venta. “Sin embargo, a medida que la cotización del crudo sigue en picada, las petroleras se han vuelto más selectivas y exigentes a la hora de invertir su tiempo y capital. Una reciente subasta de bloques petroleros en el lado estadounidense del golfo, similar a los que México ofrece el miércoles, tuvo pobres resultados y las grandes petroleras ni siquiera presentaron ofertas”.
Según la consultora Wood Mackenzie la industria ha cancelado este año aproximadamente 100 mil millones de dólares en proyectos de este tipo.
Las reformas se centran en la transformación de la industria energética en el largo plazo, dicen sus defensores. Juan Carlos Zepeda, presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), insiste que la apertura de la industria en un momento de bajos precios la hará más competitiva a largo plazo.
“México necesita impulsar su producción petrolera —que financia cerca de un tercio del presupuesto federal— después de un declive de más de una década. Petróleos Mexicanos, o Pemex, el monopolio de facto desde la nacionalización del sector en 1938, ha tenido problemas para crecer después de que los yacimientos que descubrió en los años 70 y 80 comenzaron a agotarse. La compañía no tiene las competencias para desarrollar proyectos más complejos en aguas profundas y busca socios para explorar los bloques que serán subastados el próximo año”, finaliza.