¿Es el triunfo de Jimmy Morales más que un chiste?

El presidente electo necesita definir con claridad sus objetivos y armar un equipo de gobierno serio

Jimmy Morales, presidente electo de Guatemala.

Jimmy Morales, presidente electo de Guatemala. Crédito: EFE

Guatemala

Sin una gran inversión económica y con poco más de cuatro meses de campaña electoral, el comediante Jimmy Morales se ganó la voluntad de los guatemaltecos.

Conocido más por su programa de comedia “Moraleja”, que dirigió y protagonizó junto a su hermano Sammy por más de 15 años, ahora tendrá que ser el “presidente de asombrero”, como dice una de sus películas, que necesita la nación.

Pocos saben, sin embargo, cómo lo hará.

De religión evangélica, el presidente electo no tiene ninguna experiencia en cargos públicos y sus electores tampoco tienen en la mente un programa claro de reformas.

Como la mayoría de los candidatos, Morales usó el combate contra la corrupción como su principal tema de campaña, en una contienda que tuvo mucho de forma y poco de fondo.

Y es que cada año más de 20,000 millones de quetzales (unos 2,600 millones de dólares) que representan más del 30 por ciento del presupuesto del Estado, según la poderosa cúpula empresarial, se van en corrupción.

Es en la derecha a la que pertenece el partido que representa donde Morales tiene su base política.

Eso hace que el respaldo que tiene a la hora de tomar desiciones no sea muy fuerte y que quizás tenga que negociar con quienes critica para lograr las metas de su gobierno.

Por otra parte, la fundación de Convergencia Nacional por parte de militares retirados, de los cuales el candidato ha tratado tímidamente de distanciarse, deja entrever que el tema de las violaciones a los derechos civiles en los conflictos del pasado no será algo apremiente en su agenda de gobierno.

Lo que sí existe en la Guatemala de hoy es un severo desabastecimiento de medicinas en los hospitales, un serio problema de desnutrición que afecta a la mitad de los niños menores de 5 años y la impaciencia de una sociedad civil que se cansó de los abusos y el robo aduanero de los gobernantes.

Morales causó alarma con sus comentarios a una larga disputa territorial con Belize, al decir “Estamos a punto de perder a Belize”. Sus declaraciones no fueron tomadas muy en serio, quizás en parte porque ha hecho reír a los guatemaltecos desde hace 20 años. “Ahora prometo que no los haré llorar”, dijo luego en una entrevista.

El presidente Alejandro Maldonado Aguirre, que dirige el gobierno de transición desde la renuncia del expresidente Otto Pérez Molina, advirtió que el candidato que resultase vencedor debería entender que se gobierna desde la montaña y la calle, y que hay que ser coherente con el pueblo.

Y si eso quiere Morales, varios analistas le han recomendado que arme un equipo de gobierno con seridad y que demuestre que es más que una figura decorativa en un proceso político jugado por otros.

Más votado

Morales se convirtió en el candidato más votado en la historia del país con más de 2,6 millones de sufragios.

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