Editorial: La meta es una dieta equilibrada
La revelación del impacto cancerígeno de las carnes procesadas no debe ser ignorada
El reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el impacto cancerígeno de las carnes procesadas es una conclusión tomada después de haber analizado más de 800 estudios de distintas partes del mundo. La recomendación de reducir este consumo debe ser visto en el contexto general de los beneficios de una nutrición más sana que permita la mejor calidad de vida por el mayor tiempo posible.
Es muy simple dejar de lado los estudios como el de la OMS, junto a otros que ocasionalmente surgen revelando que la comida, la actividad o básicamente algo que a uno le gusta hacer es malo para la salud. Hay un reflejo instintivo de ignorar lo inconveniente, y muchas veces se recurre a crear exageraciones para desprestigiar ante uno mismo los argumentos científicos.
El estudio no dice que hay que ser vegetariano para combatir el cáncer de colon, sino que el consumo de tocino, jamón y hot dogs, entre otros, eleva las posibilidades de contraer esta enfermedad. Y de acuerdo a la dieta prevaleciente en Estados Unidos, esta es una advertencia que debe tomarse en cuenta.
Hay quienes dicen que somos lo que comemos, ya que hay un impacto directo entre lo que digerimos y nuestra persona física. La comunidad latina conoce muy bien esta relación, el alto grado de obesidad y la diabetes están presentes de una manera sobredimensionada.
Entre los factores perjudiciales para lograr una mejor nutrición están parte de la tradición alimenticia, la adopción de una nueva dieta llena de grasas por parte del inmigrante y la facilidad de la comida chatarra. Tampoco se puede ignorar la cuestión económica que hace que la comida basura sea más barata y accesible que las frutas y las verduras en los vecindarios más pobres.
La recomendación del OMS debe ser vista desde lo práctico. Es irreal pedir que un carnívoro de toda la vida deje de comer carne de un día para el otro. Más lógico es reducir el consumo de tocino y reemplazar con más pollo o pescado la dieta de carnes procesadas. Una dieta nutritiva, equilibrada, que esté acompañada de una actividad física regular, es la manera para tener una vida sana sin que sea una privación de los placeres del paladar.