¿Qué debe hacer Jimmy Morales para salvar a Guatemala?
El Presidente enfrenta uno de los períodos más críticos en la historia de la nación
Guatemala
La pasada primavera miles de ciudadanos tomaron las calles de Guatemala para acabar con la corrupción y la impunidad en uno de los países más desiguales del mundo. Meses después, Jimmy Morales, un comediante, fue elegido para pilotar el cambio y reconstruir un país en “ruina institucional”.
“Debe recuperar la capacidad del Gobierno para prestar servicios a los ciudadanos. Recuperar al país de la ruina institucional”, resumió a Efe el analista político, Edgar Gutiérrez.
Guatemala se encuentra desde hace meses sumida en una crisis económica que sobre todo afectó al sistema sanitario, donde ha provocado el desabastecimiento en varios de los hospitales importantes del país, que no han podido prestar sus servicios durante semanas.
También el sistema educativo se encuentra en una situación deficitaria: el abandono escolar se disparó un 8 % en 2015 a causa de la desnutrición crónica y la falta de profesorado, según reconoció esta misma semana el propio ministro de Educación, Rubén Alfonso Ramírez.
Las debilidades de la Administración se hacen especialmente presentes en las zonas rurales, donde “faltan maestros”, las escuelas carecen de los equipamientos básicos y “no hay presencia del sistema de salud”: allí sólo trabajan ONG fuertemente “politizadas”, advierte el portavoz del Observatorio de Pueblos Indígenas, Mario Itze.
Para reconstruir los servicios del Estado, Guatemala necesita mejorar su recaudación fiscal, que actualmente apenas llega al 11 por ciento, cuando los acuerdos de paz firmados en 1996 fijaban para el año 2000 una presión fiscal del 13,2 por ciento.
Para ello, es necesaria una reforma fiscal o al menos “mejorar la capacidad tributaria de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT)”: evitando la corrupción en esta institución la recaudación “llegaría al 15-18 por ciento”.
“Lo que se pierde en corrupción es casi el doble de lo que se recauda”, subrayó Gutiérrez.
Cuando Jimmy Morales tome posesión de su cargo el próximo 14 de enero heredará un país en el que el 23,4 por ciento de la población vive en condiciones de miseria.
“Un tema que está pendiente desde hace al menos cuatro períodos y que debemos poner en la agenda es el de la pobreza”, alertó el responsable de la organización Techo, Antonio de la Roca.
Lo primero para frenar la pobreza, apuntó, es “conocerla”, “investigar cómo vive la gente” y realizar un “censo”. Después, implantar políticas públicas no asistencialistas y eliminar las “ventajas” al sector privado.
Medidas como los salarios diferenciados, que proponían sueldos mínimos más bajos para cuatro departamentos del país y que fue rechazada por la Corte Constitucional, solo “agravan” la pobreza, lo que genera “más desigualdad” y consecuentemente más “violencia”, asegura el responsable de la ONG, que trabaja con las comunidades más desfavorecidas.
Otro de las grandes prioridades que deberá afrontar el nuevo Ejecutivo es retomar la agenda de los derechos humanos y la atención a la comunidad LGTB: “Con sus declaraciones públicas no va a ser fácil”, apuntó Franklin Morales de la organización Lambda.
El derechista, de 46 años y de creencia evangelista, mostró durante su campaña electoral su rechazo hacia el matrimonio homosexual, igual que hacia el aborto, a los que rechaza porque la mayoría de la población guatemalteca es cristiana y estas medidas generarían controversia.
Desde el próximo 14 de enero, Jimmy Morales tendrá que comenzar a cumplir las promesas con las que llegó al poder y que han generado una “gran expectativa en la población”, señaló Gutiérrez.
Los desafíos
“El gran reto es disminuir la pobreza, combatir la corrupción y desmantelar la red de delincuencia anidada en la estructura del poder”, concluye Itze.