“El Chapo” sigue incomunicado y se queja que no lo dejan dormir
Los abogados del narcotraficante aseguran que Guzmán no ha recibido ninguna visita de familiares o abogados desde que está recluido
Joaquín “el Chapo” Guzmán, quien se encuentra preso en el penal del Altiplano, en México, manifestó que está incomunicado y que no puede dormir debido a los pases de lista de los funcionarios, de acuerdo con un documento que divulgó hoy su abogado.
El texto, facilitado a los medios por el abogado José Luis González Meza, constata la visita del actuario judicial Héctor Carlos López Fuentes al capo, realizada con el objetivo de comprobar si se cumple la suspensión de la incomunicación ordenada en el amparo 63/2016.
En este documento, fechado el pasado 16 de enero, el narcotraficante escribe que “no ha podido dormir”.
“Me levantan a pasar lista en el día cada hora y en la noche cada dos horas, y hay un perro al lado que ladra mucho y también me espanta el sueño”, asegura Guzmán, quien se encuentra en el penal desde el pasado 8 de enero, cuando fue capturado en la localidad de Los Mochis (estado de Sinaloa).
Asimismo, el actuario escribe, según lo que le ha manifestado “el Chapo”, que “desde el día que le notificamos lo de la extradición no ha visto a su abogado, y a su familia desde días antes de ser detenidos”.
Dice que esta incomunicación también viene motivada por una “imposibilidad material, al no haber teléfonos en las salas” para hacer llamadas.
Los abogados del narcotraficante niegan los comentarios del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que indican que se guarda un registro de la visita al capo de uno de los defensores.
Aseguran que Guzmán no ha recibido ninguna visita de familiares o abogados desde que está recluido.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo que la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) está trabajando para “acelerar” la extradición del narcotraficante al país vecino.
El capo escapó en julio de 2015 del penal de máxima seguridad en el que ahora se encuentra encerrado, a través de un túnel de 1,5 kilómetros que partía de la ducha de su celda.
Anteriormente realizó otra fuga en 2001 de la prisión de Puente Grande (Jalisco) escondido dentro de un carrito de lavandería.