Alistan maletas en Los Ángeles para ver al Papa en México
Incluso sin boleto para los eventos del Papa Francisco en México, algunos angelinos viajarán a ese país
La cuenta regresiva de la primera visita del Papa Francisco a México ya comenzó para algunos angelinos que tratan de ser parte de los 400,000 voluntarios que protegerán los recorridos en auto del Pontífice.
Unos incluso viajarán a la Ciudad de México, la principal escala del líder de los católicos, sin boleto para acudir a sus eventos masivos, pero esperan que allá ocurra un milagro.
“Tan solo ir y hacer esa peregrinación, llegar y ver tanta fe acumulada en un lugar va a ser un milagro, especialmente con todo lo que ocurre en México”, dice Delia De Anda, quien es parte de un grupo de feligreses de la iglesia San Patricio, en North Hollywood, que presenciará esta visita papal.
De Anda, hija de inmigrantes mexicanos, se apuntó para ser voluntaria y las autoridades eclesiásticas mexicanas le indicaron que pronto le darían más detalles de lo que hará. Ella partirá a la Ciudad de México en la madrugada del 11 de febrero.
“Es una aventura con propósito”, señala.
En el mismo vuelo irá Irene Copiozo, de origen filipino, con la esperanza de ver en persona al jerarca católico y de paso visitar la imagen de la Virgen de Guadalupe en La Villa.
“Estaba llorando cuando hice los preparativos”, contó quien hace unas semanas desconocía si podría concretar este recorrido.
La Arquidiócesis de Los Ángeles no sabe con precisión cuántos feligreses presenciarán la primera visita del Papa Francisco en México, que también abarcará al Estado de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua. De hecho, la Iglesia mexicana no les dio boletos para distribuir en esta ciudad.
El arzobispo José Gómez participará en el evento masivo que el Papa realizará en la frontera entre El Paso, en Texas, y Ciudad Juárez, en Chihuahua, el 17 de febrero. Se anticipa que éste evento, titulado: “Dos Naciones, Una Fe”, sea el acontecimiento al que se sumen más fieles del área de Los Ángeles.
Silvia Baca, de 84 años, ha visto a dos Papas, Pablo VI y Juan Pablo II, y confía en que pronto conocerá a un tercero. Ella tampoco tiene pases para los eventos del pontífice argentino, aunque tiene fe de que sus amigos sacerdotes mexicanos le ayudarán a que ocurra algo sobrenatural.
“Vamos a ver un impulso más grande porque él [Francisco I] se comunica en el mismo idioma de nosotros; por su humildad y su fe”, dice Baca, quien nació en Nuevo México.
Un exhorto a que se concrete una reforma migratoria para 11 millones de personas en este país será parte esencial del discurso del Papa latinoamericano en la frontera, anticipó Baca.
“Ya lo ha pedido, él mismo dice que es un inmigrante”, comentó.
En la parroquia San Patricio hay fotografías de un Papa Francisco sonriente. De Anda lo observa y dice que se conformaría con solo estar cerca de él en México, aunque no logre verlo.
“¿Qué no puedo decir de él? Ha abierto los ojos y los corazones de muchas personas y eso da felicidad”.