El Papa y el mundo a los pies de la Virgen de Guadalupe (video)
MÉXICO.- Mucho antes de que el papa Francisco cayera a los pies de la Guadalupana, otras personas como él vinieron de lejos: de Estados Unidos, de Latinoamérica, de Europa, vestidos con capas, cobijas estampadas con el rostro del jerarca católico a la espalda y las manos ocupadas con sombrillas, bocadillos, pañuelos.
Felices de poder conocer a la par al “Santo Padre” y a la Basílica, se mezclaron entre la multitud de mexicanos y caminaron por la Calzada de Guadalupe hacia el templo mariano entre barricadas y gigantes pantallas de televisión desde donde replicaron los mensajes de un papa sereno frente a un país hambriento de consuelo por la violencia.
“No le teman a la transparencia, vigilen, y no se dejen corromper por el materialismo trivial”, se escuchó durante el primer mensaje que Francisco pronunció desde la Catedral poco después de la bienvenida de Estado que le dio el presidente Enrique Peña Nieto y de recibir las llaves de la ciudad a manos del jefe de gobierno Miguel Mancera.
“Les pido no minusvalidar el desafío ético y anticívico que representa el narcotráfico para la sociedad mexicana”.
Los Ocasio, oriundos de Ponce, Puerto Rico, no escuchan con atención frente a la Basílica. Su concentración está en otro lado. Llevan de un lado para otro un cartel con la foto impresa de su hija Alejandra con la leyenda: “Papa Francisco: cumplo XV años y vine desde Puerto Rico, deme su bendición”.
“Yo no quise fiesta, no quise viaje en crucero porque no me gusta pero en cuanto supe que venía a México supe qué quería”, reveló la muchacha en cuanto salió del hotel La Villa, a unos pasos del atrio mariano, donde los padres reservaron una habitación desde meses atrás como muchos otros devotos extranjeros que querían estar en primera fila.
Como Rita Flores, una colombiana radicada en Los Ángeles, quien esperó ocho horas para la misa de Francisco en la Basílica y sólo para agradecer “el milagro” de curarse de un cáncer de melanoma por el que le que todos los hospitales de california le daban seis meses de vida. “Todo se lo debo a la virgen, a Dios y a la fe”.
O la familia polaca radicada en Canadá que decidió volar a la Ciudad de México a última hora y sin ninguna previsión. “La virgen nos invitó a esta fiesta hace cinco días”, afirmó Waldemar Porepski vestido de rojo, a la usanza cristera, “¿Qué otra explicación puede tener la coincidencia de que en un mismo día encontró una estampa de Ella en un libro y poco después una mujer le entregó un tríptico con información de la visita?”
Porepski y los otros cinco polacos no pudieron presenciar la misa dentro del templo como los 37,000 invitados especiales de la Iglesia Católica. Aún así fueron muy felices. “Sólo ver la fe del pueblo católico mexicano uno se contagia para decir: ‘si tengo Dios, tengo todo’”.
Misa en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe