Editorial: Incoherencia en la inmigración
Es incorrecto seguir la misma política migratoria de antes hacia Cuba con la reapertura de relaciones
Las leyes de inmigración necesitan cambios urgentes para al menos ser coherentes. Basta ver la diferencia conque se trata a los inmigrantes de México y Centroamérica cuando cruzan la frontera sin papeles y la que reciben los provenientes de Cuba. Los primeros son encerrados en centros de detención y pasan por jueces de inmigración para luego ser deportados. Los segundos son bienvenidos con los brazos abiertos y con una lista de asistencia social a su alcance inmediato.
Lo inadmisible es que entre unos inmigrantes y los otros no hay distinciones marcadas. A ambos los motiva el deseo de la superación económica pero a uno se les ayuda y a otros se los persigue.
La diferencia es que los inmigrantes cubanos todavía se están beneficiando de legislaciones anacrónicas como la Ley del Ajuste Cubano de 1966 y la Ley de Educación y Asistencia al Refugiado de 1980. La primera pasó bajo las tensiones de la Guerra Fría, la segunda al calor del éxodo del Mariel. Hoy la realidad no puede ser más distinta con la reapertura de relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Cuba sigue siendo un régimen autoritario y una sociedad cerrada. Hay perseguidos políticos que indudablemente pueden hallar refugio en nuestro país, pero esos nos son los miles de cubanos que esperan llegar a Estados Unidos desde Ecuador y Centroamérica. Como tampoco lo son los cerca de 17,000 cubanos que llegaron a Estados Unidos en los últimos tres meses de 2015, según el Departamento de Seguridad Nacional. En el 2014 la cifra fue de 9,200 en el mismo periodo.
Hay una urgencia en la isla en la gente que quiere emigrar a Estados Unidos, antes que se cierra la oportunidad del trato especial con la nueva relación entre las dos naciones.
La incongruencia de dar beneficios extraordinarios de refugiados a inmigrantes que ahora viajan regularmente a su país da pie a numerosos abusos en el uso de la ayuda federal, tal como lo reportó en octubre pasado una serie del diario Sun Sentinel del sur de la Florida.
Por todo esto, hay un movimiento bipartidista que va desde eliminar estas leyes hasta limitar la ayuda federal a los cubanos recién llegados. La Casa Blanca no se quiere meter en este asunto como tampoco el liderazgo del Senado. Por lo tanto la barbaridad legal continua de dos tratos opuestos a inmigrantes similares haciendo el ridículo del sistema migratorio.