Estudiante y trabajador de tiempo completo, pero ante todo, un padre

Joven latino supera las pandillas, logra la custodia de sus tres hijos y está a pocas semanas de ir a UCLA

Romen López con sus hijos Victoria, de 11 años, Romen, de 10, y Derek, de 4. (Aurelia Ventura/ La Opinion)

Romen López con sus hijos Victoria, de 11 años, Romen, de 10, y Derek, de 4. (Aurelia Ventura/ La Opinion) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion

Romel López no planeó ser un papá tan joven y mucho menos ser un padre soltero para tres de sus cuatro hijos.

“Es un padre muy responsable y se convierte en un león cuando se trata de proteger a sus hijos”, dice su madre Delina Camara.

Pero no siempre fue así, reconoce López.

Nacido en el Este de Los Ángeles, López anduvo en las pandillas desde los 13 hasta casi los 25 años. “Yo no tuve papá ni lo conocí. Entonces los pandilleros fueron mi ejemplo a seguir de cómo debía ser un hombre. Ellos te enseñan que un hombre debe ser macho y mujeriego”, comenta.

No recuerda si fue a los 19 o 20 años cuando se convirtió en papá por primera vez. “Yo fui un padre muy egoísta al principio, solo pensaba en mi”, reconoce.

Después de una década en las pandillas, Romen López rehizo su vida y ahora estudia y tiene la custodia de tres de sus cuatro hijos. (Aurelia Ventura/ La Opinion)
Después de una década en las pandillas, Romen López rehizo su vida y ahora estudia y tiene la custodia de tres de sus cuatro hijos. (Aurelia Ventura/ La Opinion)

Tampoco le ayudó para ser un buen padre sus constantes entradas y salidas de la cárcel juvenil y las prisiones por delitos relacionados con la posesión y venta de drogas. “La última vez salí de prisión en 2011. No vi a mi hija por dos años”, observa.

Fue su entrada a la organización de ayuda a pandilleros, Homeboy Industries, lo que cambió su vida. “Cuando pasé de limpiar ventanas a guía de los tours que se hacían en el edificio, me di cuenta que se podía hacer un cambio y dejar las pandillas y las drogas”, expone.

Pero lo que verdaderamente le ayudó fue cuando un profesor de inglés del Colegio Comunitario del Este de Los Ángeles (ELAC) lo animó a regresar a la escuela. “A los 27 años me inscribí en el ELAC. Me dieron trabajo en la biblioteca. Poco tiempo después perdí el empleo debido a que hubo recortes. Fue lo mejor que pudo pasarme; el profesor que me había ayudado a entrar, me consiguió trabajo en Servicios Estudiantiles”, indica.

Poco a poco, López escaló posiciones en Servicios Estudiantiles del ELAC hasta que en 2015 fue electo Presidente de la Asociación de Estudiantes del colegio comunitario. Un gran logro para alguien con su pasado.

López ha tenido que aprender a ser padre para sus hijos Victoria, de 11 años, Romen, de 10, y Derek, de 4 (Aurelia Ventura/ La Opinion)
López ha tenido que aprender a ser padre para sus hijos Victoria, de 11 años, Romen, de 10, y Derek, de 4 (Aurelia Ventura/ La Opinion)

Padre soltero

Al mismo tiempo que el muchacho iba en ascenso escolar y en liderazgo, recuperó la custodia de tres de sus hijos, Victoria de 11 años, Romen de 10 años y Derek de 4 años.

Este mes, después de tres años y medio de estudiar en el ELAC, se graduó. “En julio comienzo clases en UCLA (Universidad de California en Los Ángeles). Voy a cursar la carrera de Estudios Chicanos. Mi sueño es convertirme en consejero académico”, revela.

Pero lo mejor de todo es que sus tres hijos se van con él a vivir a UCLA. “Conseguí un departamento subsidiado de dos recámaras para que mis hijos puedan vivir conmigo mientras estudio”, comenta.

“Estoy decidido a ser el papá que no tuve”, dice emocionado. Confiesa  que aún no puede creer todo lo que le ha pasado. “Yo pensé que mi destino era morir en las calles o terminar en la cárcel de por vida como muchos de mis amigos, pero que me haya graduado del Colegio Comunitario, a un paso de ir a la  universidad y tener a mis hijos conmigo, es algo surreal”, reconoce entusiasmado.

López, que está a punto de entrar a UCLA, juega con sus hijos. (Aurelia Ventura/ La Opinion)
López, que está a punto de entrar a UCLA, juega con sus hijos. (Aurelia Ventura/ La Opinion)

López dice que la parte más difícil de ser padre para él ha sido entender y lograr una comunicación con cada uno de sus hijos. “Aprender a peinar a mi hija Victoria y hacerle una trenza ha sido todo un desafío. Hasta cuando iba a la tienda y trataba de figurarme que champú debía comprarle. Ahora que ha entrado en la adolescencia, se ha puesto rebelde porque quiere maquillarse como una mujer grande. Yo le he dicho que no se apresure, que tendrá toda una vida para eso, y que ahora disfrute estos años que aún es niña”, indica.

Añade que cuando le entregaron al hijo menor, Derek, no fue nada fácil porque había sido criado por sus abuelos. “Lloró por tres meses porque quería estar con ellos. Ahorita es mi compañero, somos los mejores amigos”, observa. “A mi hijo Romen, he aprendido a decirle te quiero, darle un beso y un abrazo. Los “homies” (los pandilleros) me había enseñado que un padre no debe dar muestras de cariño a un hijo. Para superar eso, tuve que ir a terapia”, observa.

“He aprendido que para ser padre, se necesita mucha paciencia y comprensión”, subraya.

Todos disfrutan en familia. ( Aurelia Ventura/ La Opinion)
Todos disfrutan en familia. ( Aurelia Ventura/ La Opinion)

Platica que algo que le encanta es que al ser estudiante, puede ayudar con mucha facilidad a sus hijos en las tareas.

López está consciente que ser un estudiante universitario de tiempo completo, trabajar y ser padre soltero de tres hijos, representa todo un reto.

“No me importa si sólo tengo que dormir 4, 5 horas por día, pero quiero educarme para tener dinero y pagarles la universidad a mis hijos. No quiero que pasen lo mismo que yo”, sostiene mientras su hijo Derek le suplica, esbozando la mejor de las sonrisas, que lo deje comer sólo un dulce más.

En esta nota

Día del Padre ELAC Este Los Ángeles Los Ángeles ucla
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain