Alba Colón, una hispana pionera en la NASCAR

Este domingo se celebra en Sonoma la NASCAR Sprint Cup Series. Pueden verla en FOX Sports 1 a las 12 pm PT (3 pm ET)

Alba Colón

Alba Colón. Crédito: NASCAR

Alba Colón creció en Puerto Rico en la década de los ’70 como un niña talentosa en las ciencias y las matemáticas. Durante sus años de escuela, Colón recuerda no haber tenido permitido tomar clases de arte, a pesar que éste era una de los temas que más le gustaba, debido a que la facultad había identificado su gran don con los números y las teorías.

En la actualidad, Colón, de 48 años de edad, es la gerente del programa de ingeniería de Chevrolet en la NASCAR Sprint Cup Series, que este domingo 26 de junio (12 pm PT) tiene una cita en el Sonoma Raceway con la carrera Toyota/Save Mart 350 (110 vueltas, 218.9 millas).

Esta es la historia de una latina ejemplar que ha sido pionera en muchos aspectos dentro de la NASCAR.

‘Tú puedes ser lo que tú quieras’

“Mi padre siempre me dijo: ‘Tú puedes ser lo que tú quieras’.”, comentó Colón. “Pero nos pidió (a ella y sus hermanos) que terminaramos la universidad”.

La universidad no fue un problema para ella, pues le encantaba ir a clases… pero, ¿y los autos?

“En aquel momento no tenía ningún interés por los autos”, dijo Colón. “Yo quería ser astronauta y tenía un afiche de Sally Ride, la primera mujer astronauta estadounidense, en mi cuarto. Yo quería ser como ella. Eso era lo que me importaba”.

“Es gracioso, recuerdo que también quería ser monaguillo. Mi hermano lo era, vengo de una familia católica. Y recuerdo haberle dicho a mi madre que quería ser monaguillo. Ella me dijo que no porque yo era una niña. Ésa fue la primera vez que me dijeron que no podía hacer algo porque era mujer. En aquel entonces, las niñas no podían ser monaguillos. Ahora sí pueden, pero antes no podían”.

“Eso siempre lo tuve presente, no entendía por qué no podía hacer algo simplemente porque era niña”.

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La filosofía de la perseverancia ha hecho de Colón un gran ejemplo a seguir. Ser mujer nunca detuvo su progreso en General Motors, compañía que inmediatamente la contrató tras graduarse de la Universidad de Puerto Rico en 1994.

“Decidí ser ingeniera mecánica porque eso era lo que quería ser”, dijo Colón. “Y en la universidad, las cosas cambiaron y tuve la oportunidad de trabajar en un auto de carreras, diseñar y construir un auto de carreras. Y mi amor cambió”.

“En esta competencia (la Formulat SAE), tuve la oportunidad de aplicar lo que había aprendido en el salón de clases y recuerdo que en 1991 vine por primera vez a los Estados Unidos, a Michigan, a participar en la competencia y ver otros autos”.

“Me enamoré de la idea de competir y de crear algo para mejorar. Fue la primera vez que vi un buen Corvette, un Camaro. Fue mi primer contacto con General Motors y me quedé asombrada”.

En el año 2001, General Motors la escogió para liderar el programa de ingeniería de Chevrolet en la NASCAR.

Abriendo el camino

A pesar que su posición hoy en día es muy demandante, a Colón se le puede ver compartiendo con estudiantes de todo el país su amor por las matemáticas y la ciencia, pero también contando su historia de que todo es posible.

“Mi padre siempre estuvo conmigo estudiando matemáticas y ciencia”, dijo Colón. “Y no era solo estudiar y ya, porque cuando eres niño solo quieres estudiar las preguntas del examen y ya. Para él, las cosas no eran así. El quería que viera la belleza de las matemáticas o de las teorías de Albert Einstein”.

En el mundo de la NASCAR, Colón es una de las personalidades más conocidas y es venerada por su grandes éxitos en una carrera que no fue su opción más fácil.

Colón es un ejemplo a seguir no solo para las mujeres, sino también para los hispanos.

“Seamos sinceros, al inicio fue difícil”, dijo Colón. “Pero mis padres me dijeron que no me diera por vencida. Al inicio solo era lo desconocido, pero tienes que seguir y seguir. Vas a llegar allí por el respeto, pero el respeto no es algo que puedes decirlo, tienes que ganartelo. Aprendí eso muy joven”.

“Toma tiempo para ganarte el respeto en los garajes y no importa si eres hombre o mujer. Eso es lo que quiero que la gente entienda: no importa quién eres, te lo tienes que ganar aquí y donde sea”.

Reputación en el deporte

En Chevrolet, Colón ha trabajado junto a los mejores y se ha ganado el respeto de todos ellos.

Colón trabajó con el difunto Dale Earnhardt, leyenda de la NASCAR con siete títulos de la Sprint Cup Series, a quien ayudó a conseguir la victoria de la Brickyard 400 en 1995. Earnhardt pidió posar con ella y el trofeo en el Victory Lane.

Colón también ha trabajado con Jimmie Johnson, Tony Stewart y el ahora retirado Jeff Gordon, pilotos que han marcado la historia de la NASCAR y quienes se encuentran agradecidos por su entrega y pasión.

“Ella es increíble”, dijo Richard Childress. “Esa fue una de las primeras ingenieras que llegó a Richard Childress Racing. Nos trajó tanto. Es una espectacular dama, muy, muy inteligente. Lo ha hecho por tantos años y allí sigue, fuerte y apasionada. Ella realmente tiene una gran pasión por nuestro deporte”.

Stewart, piloto y dueño de equipo en la NASCAR, comparte ese mismo sentimiento de admiración hacia Colón, con quien ganó tres campeonatos de la Sprint Cup.

“No importa quien eres en los garajes, incluso si no corres para Chevrolet, pero conoces a Alba y respetas a Alba”, dijo Stewart.

“Ella es una de las personas más inteligentes que conozco. Yo que he estado en la familia Chevy por tanto tiempo, veo que tiene esa relación especial con todos ­­ pilotos, dueños de equipo, jefes de equipo, mecánicos. Los conoce a todos y todos la respetan”.

“Siempre pregunta qué puede hacer para ayudar y eso es algo que la diferencia del resto”.

Dejando su huella

“Ésta es mi familia”, dijo Colón. “Yo les digo a los estudiantes que ellos se pueden preparar para algo, pero al final, Dios decide, y no tienen que estar en contra, simplemente hay que aceptarlo. Nunca me imaginé que haría esto, y esta es mi familia”.

“Seré honesta”, dijo Colón. “Tiendo a venir a trabajar y seguir trabajando. Pero cuando paras, te das cuenta que la gente ve lo que haces y cómo te comportas. Una vez, una joven quería tomarse una foto conmigo, yo le pregunté por qué y me dije que cuando fuera grande, ella quería ser como yo… y lloré“.

“No estaré acá para toda la eternidad, nadie lo hará. Así que, mientras esté acá, quiero hacer lo correcto y algún día decir que me fui del deporte mejor que como llegué. Amo lo que hago”.

La autora de esta entrevista, HOLLY CAIN, ha trabajado para NASCAR.com desde 2012. Ha cubierto este deporte durante 25 años para diferentes publicaciones como el Tampa Tribune, Dallas Morning News y FOXSports.com.

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