Editorial: Momento histórico para la mujer

Sin lugar a duda, la elección de una presidenta será una señal positiva en cuanto a superar la discriminación en nuestra sociedad

Hillary Clinton.

Hillary Clinton. Crédito: DAVID MCNEW/AFP | Getty Images

Fue un día histórico ayer. Por primera vez desde la creación de Estados Unidos, una mujer es la nominada por uno de los dos partidos grandes para llegar a la Casa Blanca. El camino recorrido para que Hillary Clinton llegue a este momento ha sido muy largo. Mucho ha ocurrido desde 1920, año en que se ratificó la Enmienda 19 dándole el voto a la mujer, hasta hoy.

La posibilidad de que una mujer tenga la posibilidad de que ser presidenta es una señal de los avances en la sociedad, que tiene la posibilidad de superar uno de los pilares del machismo estadounidense como es el más alto poder político. Este es un acontecimiento que se hizo esperar demasiado tiempo en nuestro país. Cerca de 52 países, en todo nivel de desarrollo, han tenido Jefas de Estado en los pasados 50 años. Ya era hora que esa posibilidad se asomara por aquí.

Una mujer integró una fórmula presidencial en dos oportunidades como candidata a la vicepresidencia en el pasado. En ambos casos, con la ex congresista demócrata Geraldine Ferraro en 1984 como con la ex gobernadora Sarah Palin en 2008, fueron sorpresas seleccionadas más por su potencial de atraer a un sector de votantes, que por sus antecedentes. Ese no es el caso de Clinton. Es dificil encontrar una mujer, o un hombre, mejor preparado por su experiencia y conocimiento de gobierno para dirigir el país, que ella.

Sin lugar a duda, la elección de una presidenta será una señal positiva en cuanto a superar la discriminación en nuestra sociedad, tal como lo fue con Barack Obama como el primer mandatario afroamericano. Al mismo tiempo, tal como ocurrió con el mandatario que su triunfo estuvo lejos de ser el fin del racismo, la llegada de Hillary no es el fin del sexismo.

La elección de Clinton se puede producir en momentos en que la discriminación laboral,que se ve en la diferencia de sueldo entre hombre y mujer, es tan vigente como la ausencia de mujeres en posiciones de liderazgo en industrias en donde es mayoría de la mano de obra, tal como en el sector de salud y financiero.

En la política las mujeres elevaron su perfil, pero siguen lejos de tener una representación proporcional. La posible elección de Hillary Clinton no cambiará de inmediato el presente, pero sembrará la semilla transformativa de que no hay límites para el crecimiento y la participación de la mujer en nuestra sociedad.

Que no que quepa duda que eso es una perspectiva excelente y justa.

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