Cierra atracción de realidad virtual de terror, pero no por muy tenebrosa

Imagina estar en una institución de enfermedad mental, confinado a una silla de ruedas, donde una paciente “inusual”, Katie, al parecer poseída, te persigue.

Esa es la escena que miles de personas presenciaron al adentrarse a la atracción “FearVR” de realidad virtual en Knott’s Scary Farm, una que, a partir del martes, cerró sus puertas —pero no por muy tenebrosa, sino por insensible.

El parque de diversión Knott’s Berry Farm clausuró la atracción que formaba parte de su anual celebración de Halloween después que varios grupos y activistas denunciarán lo insensible que era mostrar a un paciente mental de tal talla: una persona poseída y peligrosa.

Al parque, situado en Buena Park, le llovieron correos electrónicos por parte de organizaciones nacionales días antes que comenzara la jornada de miedo, denunciando que la presentación de terror estigmatizaba y denigraba a personas que padecen de algún tipo de enfermedad mental.

La jornada del Scary Farm dio inició el 22 de septiembre, pero mucho antes Knott’s y Cedar Farms —empresa dueña del parque en el condado de Orange- promocionaron la atracción de la siguiente manera:

“Entra a la misteriosa Institución Meadowbrook y sé testigo del caso anormal de la tenebrosamente inusual paciente, Katie”.

Los que se atrevían a entrar al simulacro eran atados a una silla, con lentes de realidad virtual para convertirse en parte del show, pero se les daba la opción de abandonar la escena con el pulso de un botón.

Inicialmente, el nombre de la atracción sería “FearVR: 5150”, código que en California representa un caso de una persona que es considerada peligrosa debido a su enfermedad mental. Sin embargo, después que la división del condado de Orange de la Alianza Nacional de Enfermedad Mental (NAMI) se quejó sobre la atracción, Knott’s tomó la decisión de cambiar el nombre.

En un comunicado enviado a la organización, Cedar Fair explicó que la experiencia de realidad virtual está centrada en actividad “paranormal, a la talla de zombies” en un hospital, asegurando que no se trataba de una institución para enfermos mentales.

Fue una acción adecuada, aseguró NAMI, pero se necesitaba hacer más.

Cuando el presidente de NAMI solicitó una reunión con la directiva de Knott’s, no la obtuvo, pero en unos cuantos días tendría la respuesta que esperaba: la clausura definitiva de la atracción.

I commend #KnottsBerryFarm for closing a ride that stereotyped & stigmatized mental illness.Thankyou Knott’s for your sensitivity

— Rick Warren (@RickWarren) September 28, 2016

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Por medio de un comunicado, Knott’s informó que la presentación jamás pretendía hacerse pasar por una realidad simulada dentro de una institución donde tratan trastornos mentales —pese al nombre inicial-, pero debido al clamor público cerrarían la atracción para no ofender a más.

La atracción fue cerrada también en dos parques situados en Santa Clara y en Canadá.

La noticia del cierre fue aplaudida por varias organizaciones, entre ellos el padre de Kelly Thomas, el hombre que hace cinco años fue golpeado a muerte por dos agentes de la Policía de Fullerton: Kelly padecía de esquizofrenia.

Desde la muerte de su hijo, Ron Thomas ha sido una voz activa en contra del maltrato de las personas que padecen trastornos mentales.

“Se han dado cuenta de su error, ¿qué maravilloso, no?”, dijo al Los Angeles Times.

Otra mujer, Kay Warren, cuyo hijo fue retenido por autoridades bajo el código 5150, se proclamó agradecida con Knott’s por la decisión y además explicó el por qué de sus denuncias.

“Entiendo que algunos no sabrían lo que es [sentirse ofendido por la atracción], a no ser que tengan un familiar o que ellos mismos padezcan de una enfermedad mental”, compartió en su cuenta de Facebook.

El resto de las atracciones en Knott’s Scary Farm siguen abiertas hasta el 31 de octubre, noche de Halloween.