Sin definición sobre el futuro de los clubes mexicanos en la Libertadores
Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol, se reunió con Enrique Bonilla, máximo directivo de la liga mexicana; el futuro de los aztecas se resolverá en dos semanas
Todavía no hay resolución acerca del futuro de los equipos mexicanos en la Copa Libertadores 2017. Ernesto Bonilla, presidente ejecutivo de la liga azteca, y Alejandro Domínguez, se reunieron en esta ciudad para zanjar el conflicto. México, como Chile, Argentina y Brasil, fue invitado a la ronda de conversaciones con los equipos técnicos de la Confederación Sudamericana: son los países cuyo calendario resulta más complejo de adaptar, por las distancias y la superposición de torneos locales e internacionales. El objetivo era consensuar las reformas en el calendario y el sistema de disputa de la Libertadores. Las conclusiones de todas esas reuniones fueron expuestas en la reunión de trabajo celebrada hace una semana en la capital paraguaya, a la que asistieron representantes de los equipos clasificados. Hubo un ausente: Chivas de Guadalajara (México).
El corazón del problema mexicano radica en la superposición de competencias internacionales: la ConcaChampions (Copa de Campeones de la Concacaf, la Confederación de América Central, del Norte y el Caribe) y la Libertadores. El enviado de México a las reuniones de trabajo, que se realizaron algunas semanas antes de que la Conmebol anunciara los cambios en el torneo continental, fue Víctor León Guevara, coordinador deportivo de la Federación Mexicana. Uno de sus requerimientos habría sido que la primera fecha de la Libertadores fuera programada para la semana 6 de 2017. La Conmebol tomó la sugerencia, aunque terminó aprobando el calendario a partir de la semana 5; apenas siete días antes de lo que pretendían los mexicanos. En principio, si los mexicanos deciden no participar de la próxima edición, no está previsto que alguna de las plazas adicionales recaiga en equipos argentinos. La AFA aportará seis representantes a la próxima edición de la Copa Libertadores. Una eventual salida de los equipos mexicanos de la Copa Libertadores no tendría un impacto inmediato en las finanzas de la Conmebol, ya que el contrato de TV es independiente de la participación de los aztecas. Fox Sports tiene la exclusividad de los derechos hasta 2018. A partir de 2019, la Conmebol ya anunció que habrá licitación internacional. Y es posible que no sea una sola empresa la que acapare las transmisiones para todo el continente. El objetivo: recaudar más dinero para los clubes. Para eso, en la Conmebol entendían que había que reformar el formato de la competición. Hacerla previsible y con un calendario anual.
La participación de los clubes mexicanos en la Libertadores podría zanjarse si llevaran a las fuerzas básicas (su división reserva) a la ConcaChampions. El problema, en ese caso, es político: el fútbol mexicano está afiliado a la Concacaf, y no a la Conmebol. ¿Quién se haría cargo de avisarle a Víctor Montagliani, el canadiense que preside el fútbol en aquel continente, que México guarda a sus mejores futbolistas para una competición extraterritorial? “En las próximas semanas esperamos seguir avanzando en el propósito común de impulsar el desarrollo del fútbol regional”, dijo Alejandro Domínguez, según el comunicado oficial publicado en la página de la Conmebol. Bonilla, a su vez, comentó: “El encuentro con Domínguez nos permitió establecer canales para compartir perspectivas de lo que podríamos construir a futuro en conjunto con la Conmebol y el fútbol sudamericano”.