Una lluvia enviada por los Dioses del béisbol y un mitin de los Cubs que ahora se convierte en leyenda
La lluvia pasajera de 17 minutos detuvo las acciones del juego 7 cuando se le venía el mundo encima a Chicago, y entonces Jason Heyward tuvo una idea
Los Cachorros de Chicago le pusieron fin a la más extensa sequía de campeonatos de los deportes, cuando en la madrugada del jueves en Cleveland lograron sobrevivir a una furiosa reacción de los Indios y anotaron dos carreras de oro en la décima entrada camino al histórico triunfo de 8-7 en un inolvidable Juego 7 de la Serie Mundial.
Los hits de Ben Zobrist, quien fue premiado como “MVP” un año después de haberse coronado también con Kansas City, y Miguel Montero impulsaron las carreras que rompieron el tenso y dramático empate de 6-6, logrado por Cleveland contra el cerrador Aroldis Chapman en la octava entrada.
Fueron muchos héroes de los Cubs en un juego y una serie de muchos altibajos emocionales; un partido para enloquecer a cualquiera.
Pero también hubo un evento que lo cambió todo, uno que no incluyó batazos o pitcheadas de 100 millas.
Una lluvia pasajera hizo que los umpires interrumpieran las acciones justo antes del décimo inning. Fueron solo 17 minutos, pero en ese lapso sucedió mucho.
Los jugadores de Chicago, por iniciativa del outfielder Jason Heyward, se reunieron cerca de su vestidor.
“Les dejé saber que los quería”, dijo Heyward cuando todo acabó. “Nosotros necesitábamos de 114 ganados (para ser campeones, 103 de la campaña más 11 de playoffs), y les dije que cada uno en este salón, ahora mismo, iba a ganar el juego 114”.
Las palabras de Heyward fueron escuchadas por el joven plantel de los Cachorros. Él tiene 27 años, pero ha estado en las Grandes Ligas desde que tenía 20 y le ha tocado entender mejor lo difícil que es llegar a ponerse tan cerca de un campeonato.
“Él solo nos quiso recordar que nos hemos estado levantando desde el día 1 de la temporada”, dijo Addison Russell, de 22 años de edad.
Al novato Willson Contreras, de 24 años, las palabras de Heyward lo conmovieron tanto que él dijo que lloró en el dugout en el décimo inning.
Dijo Zobrist, citado por Chicago Tribune: “Dijo, ‘olvidémonos de todo lo que ha pasado hasta ahora. Pensemos que podemos hacerlo’. Y eso es todo lo que se necesitaba decir”.
El ‘MVP” de la serie reveló que en la ahora legendaria reunión hubo palabras de apoyo para Chapman, quien estaba en camino a ser en el villano por dejarse empatar.
“Creo que hubo aplausos y palmadas para él. (Dijimos) Vamos a regresar y ganar este partido”, agregó Zobrist.
La “maldición de la cabra” vivió por décadas. Ya es historia. Han nacido “la interupción por lluvia” y “el mitin”. Los Cubs son campeones.