De mesera a dueña de restaurantes

Anahí Angelone vino a los 19 años de Argentina para aprender inglés durante un par de meses. Hoy, años más tarde, tiene dos restaurantes en Harlem

Anahí Angelone no tiró la toalla cuando le dijeron que abandonara la idea de abrir un restaurante en Harlem. El problema es que estaba muy cerca de una iglesia y la Autoridad de Licores de Nueva York no concede licencias para vender alcohol si se está a menos de 200 pies de un templo. Esta argentina contrató a un especialista para medir la distancia que separaba su local de uno de los casi 400 centros de culto de este barrio. Y su veredicto fue una gran noticia. La distancia era de 214 pies.

Nacía así el Corner Social en Lennox Ave, uno de los restaurantes que ha transformado una zona donde apenas había vida nocturna. Era el 17 de marzo de 2012 y el local, según Angelone “fue súper exitoso desde el principio” y tuvo beneficios muy pronto. En 2015 abrió el segundo restaurante, Angel of Harlem, a pocas calles del primero.

“Yo cuando me arranco tengo la confianza de que las cosas van a funcionar porque lo que se necesitan son ganas y las ganas me sobran”, explica. “Si soy optimista”, dice en la conversación con este diario horas antes de abrir al público Angel “y también apasionada de lo que me gusta”.

Además lo sabe hacer porque empezó desde donde hay que comenzar en este tipo de negocio. “Trabajé en un bar en el West Village durante 10 años, fue mi primer trabajo. Empecé de mesera, luego bar tender, después floor manager y por último manager general”, explica. Lo hizo para financiarse su estancia en Nueva York, una ciudad a la que llegó cuando tenía 19 años desde Argentina con la intención de aprender inglés durante tres meses antes de volver a su país para estudiar abogacía. En su bolso llevaba $700

“Al principio no conocía a nadie y hacía frío, no entendía el inglés y tenía una tristeza bárbara“, dice esta mujer de 36 años y desbordante energía. “Pero me dije, no , yo no me puedo volver a Buenos Aires sin una buena historia. Le metí pilas durante tres meses y le tomé gusto a la ciudad, comencé a conocer a gente, ya podía hablar y relacionarme”.

Y no se fue.

Angelone se matriculó en la universidad para estudiar Administración Internacional de Negocios y a los 23 años, cuando se graduó los dueños del bar le dijeron que querían abrir otro local de 10,000 pies cuadrados en Midtown. Le ofrecieron la gestión y que invirtiera en esa sociedad. Decidió usar el dinero que había ahorrado para hacer un master de hospitality en NYU (Universidad de Nueva York) para invertir en ese nuevo bar en 2006.

En 2010, quedó embarazada y junto a su esposo decidió mudarse a Harlem buscando más espacio para vivir que lo que tenía. “Fue como empezar de nuevo”, explica. En ese momento se había salido del negocio en el que coparticipó con sus empleadores y tras años en West Village dijo que se enamoró de su nuevo vecindario donde quiso abrir su propio negocio. Tras unas duras negociaciones por el alquiler del local, que incluyeron las medidas hasta la iglesia.

Dueña de dos restaurantes en Harlem, la argentina, Anahi Angelone posa en el restaurant Angel of Harlem. /Mariela Lombard
Dueña de dos restaurantes en Harlem, la argentina, Anahi Angelone posa en el restaurant Angel of Harlem. /Mariela Lombard

Lo hizo con su dinero y con el de inversores entre sus amigos cercanos “que conocían bien mi trabajo”.

Pese a lo que le costó abrir el Corner Social, “inmediatamente estuvimos en break even” (cuando se llega al equilibrio entre beneficios y costos y se suele dar el paso a las ganancias). Angel, un local colorido, a juego con el sabor latino-caribeño de su menú, fue un poco más difícil. “Los seis primeros meses fueron duros“, admite, pero recuerda que en los meses en los que normalmente el negocio es más bajo, en invierno, se dió la vuelta y empezaron a salir mejores cuentas.

Reconoce que es uno de los negocios que está cambiando la cara de Harlem pero también la intención es ser parte del barrio en el que tan a gusto se siente. “El 90% de la gente que trabaja para nosotros son residentes de Harlem, contratamos y hacemos acuerdos y colaboramos con todo el mundo en esta zona”, explica para luego enfatizar que se da entrada a DJ y artistas del barrio .

El hecho de ser madre admite que le tiene ocupada pero “siempre encuentro la energía y no ha excusas para encontrar el tiempo. A Angelone le gusta decirse que “si tiene que darse, depende de mí” (If it is Meant to be, it is up to Me).

Su padre y madre, que son abogados se tomaron la inesperada ruta de su hija de distinta manera. Su padre bien y le dijo que ya había muchos abogados en Argentina. Su madre no se lo tomó así aunque con el tiempo, le dijo que aunque se sintió decepcionada en su momento ahora reconoce que como mujer “lo que hiciste es increíble“.

Angelone tiene nuevos proyectos no relacionados con los restaurantes sino con el comercio electrónico. Pero no quiere comentar más de ello porque está en una fase muy inicial. Hacer seguimiento de lo que hace esta mujer llena de energía y creatividad bien merece una visita a su Angel of Harlem.

Consejos para emprendedores de Anahí Angelone

  • Ve a por lo que te mantiene despierto por la noche y te anima a seguir.
  • Si te crees tu sueño, no lo dejes pasar.
  • Investiga y estudia donde te metes
  • Se puede tener confianza en los que se hace cuando se empieza desde abajo. Yo empecé como mesera y era una buena bar tender. Se de esto.
  • Haz tu tareas

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