Editorial: Estocada al Obamacare
La designación del congresista republicano Tom Price para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos es la estocada al programa del presidente Obama
La eliminación de la Ley de Acceso a la Cobertura Médica (ACA) fue una prioridad republicana desde el primer momento que se promulgó. La legislación produjo un odio visceral por ser vista como una ampliación del gobierno federal en vez de apreciarse que redujo a un nivel históricamente bajo la cantidad de gente sin seguro médico. El principio ideológico predominó por sobre un beneficio indiscutible.
La designación del congresista republicano Tom Price para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos es la estocada al programa del presidente Obama. Ese que permitió que 20 millones de ciudadanos y residentes legales trabajadores pudieran tener la tranquilidad de tener una cobertura médica.
Los problemas del ACA u Obamacare son varios. Estos se originan en la dificultad de querer mejorar un aspecto del complejísimo sistema médico estadounidense sin querer modificar el resto, en la oposición republicana en los estados que sabotearon su instrumentación y en el Congreso que se negó a realizar los ajustes necesarios que surgen con una ley de este tipo. Si cabe alguna duda sobre la animosidad hacia la ley, la Cámara Baja votó más de 60 veces a favor de anularla a lo largo de seis años.
Para los republicanos eliminar y reemplazar el ACA es reestablecer la relación paciente-médico a la hora de las decisiones, quitando al gobierno del medio. Esto nunca fue así.
Esta visión romántica ignora que ni el médico ni el paciente son los que decidían un tratamiento o una medicina, sino son las compañías de seguros las que lo hacían, aceptando o rechazando un pago y sin ningún control. A ese pasado es al que se quiere volver.
La industria del seguro fue una de las más impactadas por el Obamacare. Ellas son las que debían dar cobertura a pacientes con pre-condiciones médicas, no podían elevar más de tres veces las primas y los prepagos para el beneficiario más joven y el más anciano, y estaban obligadas a proveer un paquete mínimo de cobertura.
Todo esto desaparece si el ACA es reemplazado por el proyecto de ley de salud de Price, el único que le llegó a Obama, y este lo vetó. Es falso el discurso de dar la prioridad al paciente cuando su salud queda a expensas de la conveniencia financiera de la industria del seguro médico como ahora se querrá hacer.