La falta de vivienda en Los Ángeles es un serio obstáculo en la lucha contra la indigencia

Las organizaciones que buscan alojamiento para desamparados denuncian que cada vez lleva más tiempo debido al saturado mercado inmobliario angelino

Con solo un 2.7% de las viviendas vacantes y alquileres al alza, cada vez es más complicado encontrar alojamiento asequible.

Con solo un 2.7% de las viviendas vacantes y alquileres al alza, cada vez es más complicado encontrar alojamiento asequible. Crédito: Aurelia Ventura | La Opinión

Los proveedores de servicios para personas sin hogar en Los Ángeles denuncian que la escasez de viviendas disponibles en la ciudad dificulta y retrasa encontrar alojamiento para los desamparados.

Dos de los programas dedicados a sacar a las personas de la calle que operan actualmente Los Ángeles hablaron con KPCC para explicar cómo ha empeorado la situación en apenas unos meses.

La organización HOPICS, de Sur Los Ángeles, proporciona asistencia a la renta temporal para antiguos desamparados para ayudarles a recuperarse, con la idea de que en un futuro sean capaces de pasar a asumir ellos mismos el costo del alquiler. Pero cuanto más sube el precio de las rentas, más difícil es que las personas a las que ayudan puedan permitírselas incluso aunque estén trabajando.

Además de que cada vez es más difícil que los beneficiarios de HOPICS dejen de depender de la organización para pagar su renta, también se vuelve progresivamente más complicado encontrar viviendas.

Antes podíamos alojar a la gente en un mes, ahora para algunas de nuestras familias lleva nueve meses“, explicó Cristina Nieto, gestora sénior de HOPICS. En los últimos seis meses su organización solo ha podido encontrar hogar para cuatro  familias, añade.

Otros programas que se enfocan a una ayuda permanente o por lo menos mientras los beneficiarios sigan teniendo bajos ingresos también enfrentan dificultades.

La Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Los Ángeles (HACLA, por sus siglas en inglés), gestiona programas de bonos para personas sin hogar, veteranos desamparados o arrendatarios de ingresos reducidos. Pero en los últimos tiempos, el porcentaje de éxito de los programas ha descendido.

En la primera mitad del 2016, el 40% de los que recibieron asistencia a la renta mediante los bonos de HACLA tuvieron que renunciar a ellos porque no fueron capaces de encontrar un alojamiento que alquilar. En 2015 la proporción fue del 36%, y del 27% en 2014.

Los motivos son el ratio de vivienda vacante, que ha alcanzado un mínimo histórico del 2.7%, y el precio al alza de los alquileres, ya que el programa tiene una limitación de $1,314 mensuales como máximo para un apartamento de una habitación, o $1,500 en el caso de los veteranos.

Por eso, HACLA cada vez invierte más de sus bonos en proyectos urbanísticos que están destinados específicamente a alojar a los desamparados, contó el director del programa Sección 8 de HACLA, Carlos Van Natter.

Asimismo, HACLA recibió dinero del ayuntamiento angelino para labores de contacto y reclutamiento de arrendadores, que pueden recibir un depósito de seguridad por alojar a una persona previamente sin hogar y fondos para posibles daños que pueda causar en la vivienda. El condado, incluso, ofrece incentivos económicos para convencer a los propietarios de que participen en el programa.

El 15 de febrero tanto HOPICS como HACLA llevarán a cabo, junto a la oficina de la Supervisora Sheila Kuehl, una sesión informativa en Hollywood para arrendadores.

“Estamos perdiendo la capacidad de alojar a la clase media y sobre todo a la clase trabajadora”, denunció Kuehl, que considera la accesibilidad a la vivienda uno de los principales retos del futuro de Los Ángeles.

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