Ejecutado por asesinar al doctor que lo trajo al mundo, hizo antes un insólito último deseo
En 1992 apuñaló al médico que atendió su parto
El estado de Georgia (Estados Unidos) ejecutó a un hombre condenado a muerte por asesinar en 1992 a su vecino, un médico de 73 años que lo había traído al mundo.
J.W. Ledford, de 45 años, fue declarado muerto a la 01.17 hora local tras recibir una inyección letal en la prisión de Jackson, según notificó el Departamento Correccional de Georgia.
Pero antes de que se llevara a cabo la sentencia, sus abogados presentaron a las autoridades el último deseo de su cliente: ser ejecutado por un pelotón de fusilamiento.
De acuerdo con NBC, Ledford realizó esta petición ante su temor de quedar en agonía tras recibir la inyección letal, como ha ocurrido en casos anteriores.
Sin embargo, las autoridades rechazaron la petición porque el fusilamiento no se encuentra en las opciones posibles de ejecución.
Ante la negativa, la defensa del criminal pidió clemencia y que no se le aplicara la pena, pero su solicitud también fue rechazada.
El crimen
El 31 de enero de 1992, Ledford le pidió a su vecino, el doctor Harry Johnston, que le acompañara al supermercado con su camioneta, según confesó tras su detención.
Durante el trayecto, Johnston acusó a Ledford de haberle robado y, tras un forcejeo, el hoy ejecutado apuñaló en múltiples ocasiones al doctor y lo semidecapitó. Después escondió su cuerpo en una pequeña construcción cercana a la casa de Johnston.
Ledford, que tenía 20 años y era drogadicto, acudió después a la vivienda de los Johnston, amordazó a la esposa del doctor, Antoinette, y robó dinero, una escopeta, dos pistolas y un rifle que después vendió en dos casas de empeño.
El hoy ejecutado conocía a su víctima desde que nació, ya que, según subrayó el rotativo local The Atlanta Journal-Constitution, fue el médico que lo trajo al mundo.
Los abogados de Ledford habían presentado varios recursos para detener la ejecución con el argumento de que su cliente no reunía las condiciones constitucionales para ello por un presunto retraso mental.
También alegaron que los fármacos letales producirían una fuerte reacción en el cuerpo del preso a unos medicamentos que consumió durante la última década para tratar una lesión crónica. Por eso pidieron la ejecución con un escuadrón de fusilamiento.
Los tribunales rechazaron todos estos intentos de la defensa para detener la ejecución, incluyendo el Supremo, que falló ya entrada la madrugada, retrasando más de seis horas el fatal desenlace inicialmente previsto para la tarde del martes.
El último banquete
Antes de recibir la inyección letal, Ledford pidió un festín a base de filet mignon envuelto con tocino y queso, diez tiras de pollo, chuletas de cerdo, papas fritas, cebolla frita, un pastel de nueces con helado de vainilla, sorbete y una bebida azucarada.
Ledford ha sido el undécimo preso ejecutado este año en EEUU y el número 1,453 desde que el Tribunal Supremo reinstauró hace cuatro décadas la pena de muerte.
Georgia, que ha ejecutado a 70 de estos presos, fue en 2016 el estado con más ejecuciones del país, nueve, por delante de las siete de Texas y las dos de Alabama.