Abogado de Trump apoyó ley contra propaganda gay en Rusia

El grupo legal dirigido por Jay Sekulow donó dinero a una entidad rusa conocida por su ideología homófoba

Mientras Donald Trump sigue sin mostrar ningún tipo de interés en la comunidad LGBT, el jefe de su equipo legal, Jay Sekulow, también demostró su postura respecto a este tema en 2013 cuando su organización, el Centro Estadounidense para la Ley y la Justicia (ACLJ), apoyó la aprobación de un decreto que prohibía la propaganda gay en Rusia.

Según varios informes fiscales, el grupo de ideología cristiana dirigido por Sekulow, cuya misión es, irónicamente, luchar por la libertad religiosa y de expresión de los ciudadanos, destinó más de $1.5 millones de dólares entre 2010 y 2015 a su filial en Rusia, el Centro Eslavo para la Ley y la Justicia (SCLJ), una entidad que lleva años apoyando acciones homófobas en el país.

Gracias la donación económica del ACLJ y de otros grupos, Vladimir Putin consiguió imponer en 2013 una ley nacional que prohibía la publicación y distribución de cualquier tipo de propaganda en territorio ruso, una medida que, según los defensores de los derechos humanos, ha aumentado la hostilidad hacia la comunidad LGBT en el país.

El líder ruso aprobó en 2013 una ley que prohibía la publicación y difusión de propaganda homosexual.

Tal y como informa The Daily Beast, en unas declaraciones a Voice of America en 2012, Anatoly Pchelintsev, codirector del SCLJ, aseguró que la nueva legislación “era una medida excelente para regular y castigar la propaganda ilegal difundida por los gays“.

Pero los activistas que luchan en todo el mundo contra las agresiones que recibe la comunidad LGBT no están nada de acuerdo con las palabras del directivo ruso; de hecho, Tanya Cooper, miembro de Human Rights Watch, aseguró en 2015 que la ley había promovido los ataques a plena luz del día contra los homosexuales, quienes ya no se sentían seguros en las calles.

“La prohibición de la propaganda gay ha reducido el ya escaso espacio que los activistas tenían para defender los derechos de la comunidad LGBT en Rusia y, además, también ha tenido un impacto nefasto en la libertad de expresión en todo el país“, aseguró Ty Cobb, director de programas globales de Human Rights Campaign, quien también criticó la falta de acción policial en este tema.

Además de la sede en Moscú, el ACLJ también posee filiales en varios puntos de Europa y en países como Zimbabwe y Kenya, donde, al igual que en Rusia, intentan proteger los derechos básicos de los ciudadanos, aunque Putin se ha encargado de que la comunidad LGBT no disfrute de dichas ayudas en su territorio.

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