Estacionamiento para personas desamparadas enfrenta obstáculos

Las personas sin hogar son multadas por aparcar sus autos en las calles, pero la mayoría no tiene otra opción

En 2009, Shaun Green se convirtió en miembro de la creciente población de personas sin hogar, viéndose forzado a vivir en su vehículo.

En 2009, Shaun Green se convirtió en miembro de la creciente población de personas sin hogar, viéndose forzado a vivir en su vehículo.  Crédito: Ciro César | la opinión

Un programa experimental para proporcionar estacionamiento a las personas desamparadas en Los Ángeles entró en rigor en febrero, con fin de ayudar a las personas que ya están batallando económicamente a evitar ser multados por aparcarse en un sitio indebido.

Pero el programa incluye una restricción: a la gente sin hogar se le prohíbe vivir en sus autos en calles residenciales de 9:00 p.m. a 6:00 a.m.

Dicha limitación expirará el próximo verano. Para entonces, la ciudad espera tener varios estacionamientos designados para las personas desamparadas.

En los últimos cinco meses, la ciudad ha repartido 71 multas a personas sin hogar por infringir la ley. Pero no es fácil evitarlo.  Hoy día, no hay más que un estacionamiento disponible para las personas desamparadas.

La alcaldía ha dicho que la restricción fue diseñada para establecer un equilibrio entre la seguridad en las calles y las necesidades de los angelinos que se ven forzados a vivir en ellas. También informó que se piensa expandir un programa que permitiría que las personas multadas realicen obras de servicio o participen en terapia sobre abuso de substancias, en lugar de pagar la multa.

En enero, la Autoridad de Servicios para Personas Desamparadas de Los Ángeles (LAHSA, por sus siglas en inglés) hizo una convocatoria de contratistas que pudieran proveer estacionamiento, pero ninguna calificada respondió a la llamada. Esto, explicó Carolyn Pruitt, portavoz de LAHSA, en entrevista con la radioemisora KPCC, se debe en parte a la oposición que las comunidades han expresado hacia programas semejantes.

Pese a los obstáculos, LAHSA logró proporcionar un estacionamiento el mes pasado. El sitio, ubicado dentro de una iglesia metodista en el sur de Los Ángeles, es supervisado por HOPICS, quien se encarga de proveer personal de vigilancia y sanitarios portátiles. Los residentes se bañan en las regaderas dentro de un centro comunitario, localizado al otro lado de la calle.

En la mayoría de los casos, informó Takita Salisberry, quien encabeza HOPICS, los padres de familia trabajan, pero no tienen los recursos para pagar por una vivienda.

Aparte del estacionamiento a cargo de HOPICS, hay iglesias en Pasadena y Malibu que permiten que las personas desamparadas utilicen sus estacionamientos, pero de manera no oficial.


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