La reacción de un padre después de ver ejecución pública del violador de su hija
El fusilamiento fue transmitido por la televisión de Yemen
SANÁ — “Este es el primer día de mi vida, ahora ya me puedo relajar”, dijo Yahya Almatari, de 70 años, después de ver la ejecución pública de Mohamed al Magriby, el hombre que mató y violó a su hija Rana, una menor de tres años.
Al Magriby fue ejecutado en el centro de la Saná, la capital del Yemén, el 1 de agosto en la primera ejecución llevada a cabo en la capital yemení desde 2014.
El hombre fue atado, tumbado en el suelo y muerto por ocho tiros en la cabeza realizados por un policía en la plaza de Al Tahrir, en medio del aplauso de miles de yemeníes que se agruparon para verlo, entre ellos los familiares de la niña violada.
El hombre fue condenado por violar y asesinar a la niña Rana Yehia al Matary el pasado 27 de junio, tras haberla secuestrado en la calle.
“Sonreí mientras recibía las balas”, añadió el padre.
Esta es la primera vez que se ejecuta a un condenado de un caso criminal en una plaza pública desde que los rebeldes hutíes tomaron Saná en septiembre de 2014, en el inicio de la guerra que aún está en curso.
En el Yemen las ejecuciones solo se llevan a cabo en lugares públicos en casos que el crimen afecta a los sentimientos del público, como es el caso de las violaciones de menores.
La última ejecución de un violador de niños en Saná se llevó a cabo en un lugar público en 2009.
El conflicto en el Yemen estalló cuando los rebeldes hutíes ocuparon en septiembre de 2014 Saná y otras provincias del norte y centro del país, lo que forzó al Gobierno yemení a trasladarse a la ciudad costera de Adén, en el sur.
Con información de EFE.