Editorial: Trump estimula la desobediencia de la ley

El perdón presidencial al ex sheriff Joe Arpaio es un insulto al respeto de la ley

"Él estará bien", dijo el presidente Trump sobre Joe Arpaio.

"Él estará bien", dijo el presidente Trump sobre Joe Arpaio.  Crédito: Scott Olson/Getty Images

El perdón presidencial al ex sheriff Joe Arpaio es un insulto al respeto de la ley, es un premio a la desobediencia de los tribunales. Es un reflejo fiel de  los valores más atesorados por el presidente Donald Trump.

Entre Trump y Arpaio hay más similitudes que su antagonismos hacia los latinos y la idea de que el ex presidente Obama es un extranjero.

Ellos comparten el desdén a los límites que impone la ley. Se ven por sobre ella. Y el que jueces sean un estorbo.

Por ejemplo, esos que que no le permiten al Presidente impedir el ingreso de musulmanes a Estados Unidos.

Precisamente, el desacato de Arpaio a la orden judicial de no seguir con redadas ilegales en contra de indocumentados, fue lo que lo llevó a ser declarado culpable en un tribunal.

En el retorcido universo de Trump eso significa ser castigado por cumplir con su deber.

Arpaio se jactó de ser el “sheriff más duro” de Estados Unidos. Durante 24 años hizo todo para llamar la atención con los castigos implementados en la cárcel en el condado de Maricopa, Arizona.

Creó lo que él llamó su “campo de concentración” al ubicar a los presos en carpas al aire libre en carpas durante el verano ardiente de Phoenix.  Allí se los alimentaba una vez al día y se los vestía con ropa interior color rosa.

Arpaio era famoso por las redadas de inmigración en hogares, en negocios y los bloqueos de tráfico parando a toda persona que luzca latina. Varias veces arrestó a ciudadanos que luego debió soltar.

En una ocasión, vistió de presos a cientos de mexicanos para pasearlos  encadenados por una calle de Phoenix.

En cambio, Arpaio no era tan duro a la hora de los delitos sexuales. Más de 400 denuncias de agresiones sexuales entre 2005 y 2007 debieron ser  evaluadas después de que considerarse que la oficina del Sheriff fue negligente en el  manejo de estos casos.

El perdón a Arpaio es un inusual favor a un aliado político.  Se realizó en la condiciones más inusuales, sin esperar una condena, ni se siguió el proceso regular de estas acciones presidenciales.

Esta acción de Trump también es una poderosa señal con varios propósitos.

A los agentes de inmigración y Patrulla Fronteriza les muestra que Arpaio es un ejemplo. Que el cumplimiento de la ley pasa a segundo plano a la hora de perseguir a los indocumentados.

En el caso de la investigación sobre la conexión en la campaña presidencial de Trump, es un indicio de que el mandatario está listo para perdonar a los involucrados en ella.

Tanto demócratas como republicanos condenaron el perdón de Trump a Arpaio por sus irregularidades. Este fue otro acto desafiante y divisivo de un Presidente que, a pesar de su ilusión, también está sujeto a respetar  la ley.

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