Editorial: Urge un ‘DREAM Act’

Se requiere una movilización y una estrategia unida para presionar a los legisladores republicanos

Los beneficiarios de DACA representan la diversidad de culturas de EEUU.

Los beneficiarios de DACA representan la diversidad de culturas de EEUU. Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinión

La estrategia de la Casa Blanca de mostrar el fin de DACA como la oportunidad para una reforma integral de inmigración es el colmo del cinismo.

Es un engaño para esconder cobardemente la cruel decisión de exponer a más de 800,000 personas a una potencial deportación. De actuar con mentiras que ensucian a los beneficiarios y engaños para hacer creer al estadounidense que así frena la llegada de inmigrantes cuando el límite fue el 2007.

La idea esbozada por la administración Trump es que su decisión sobre DACA precipite una acción urgente en el Congreso para un paquete legislativo que incluya también el muro, límites a la inmigración legal y otras medidas sobre supuesta seguridad pública.

Es impensable una reforma migratoria integral que no incluya la legalización de millones de personas, como aparenta la idea. Es difícil de creer que el ala conservadora Republicana acepte una propuesta amplia cuando hasta ahora propone hacerlo en trozos.

La mejor alternativa para proteger a los beneficiarios de DACA es la aprobación individual de un proyecto, como el DREAM Act o el BRIDGE Act que cuentan con respaldo bipartidista en el Congreso.

Eso no será fácil. El camino legislativo ya lo intentó el expresidente Obama sin éxito en el 2012. Con posterioridad la Cámara Baja, liderada en inmigración por su sector más recalcitrante, congeló una reforma migratoria integral para luego votar varias veces el fin de DACA.

A primera vista las posibilidades no son mejores.

La diferencia está en la repercusión pública que tenga esta decisión tan inhumana como concreta de deportar a cientos de miles de personas a países que le son desconocidos. Los soñadores se criaron y crecieron en Estados Unidos.

Es importante que todos los afectados por la acción presidencial se movilicen y expresen su desagrado a los legisladores federales.

Los empleadores en donde los soñadores trabajan, las universidades y escuelas donde estudian,las ciudades y los Estados donde pagan impuestos, en los comercios en donde son clientes y sus clientes en la actividad que hayan emprendido.

Es el momento elevar su voz, que se hagan escuchar todos aquellos que conocen la honestidad y dedicación de los jóvenes y adultos de DACA. Lo que va ocurrir con ellos es una tremenda injusticia, es un castigo por una acción en donde ellos no tuvieron que ver.

Las demandas judiciales son una parte importante de la estrategia de presión.

Las organizaciones comunitarias necesitan una intensa acción coordinada de cabildeo para obtener el respaldo en el Congreso y elevar el apoyo entre los estadounidenses.

Esta es una prueba de fuego para nuestra comunidad y las inmigrantes de alrededor del país. Los beneficiarios de DACA representan la diversidad de culturas que enriquece Estados Unidos. Que hay apreciar, en vez de temer.

Ya comenzó el conteo regresivo para los soñadores, la misión de todos es evitar que llegue a la medianoche.

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