Ellos no sabían que el río de LA estaba lleno de bacterias fecales, funcionarios públicos sí
El nivel de E. Coli era 100 veces superior a lo permitido cuando se celebró una competición de kayak
A principios de este mes, alrededor de 150 personas descendieron en kayak un tramo del río de Los Ángeles pese a que pocos días antes se había detectado en el agua la presencia de bacterias nocivas transmitidas por heces a un nivel 100 veces superior al límite de seguridad federal para un uso recreativo. La pregunta ahora es, ¿por qué no se anuló la competición?
Según los correos electrónicos obtenidos por KPCC, por lo menos cinco agencias gubernamentales sabían que el agua estaba contaminada por E. coli los días previos a que se celebrara esta carrera anual el 9 de septiembre, pero se esforzaron muy poco en avisar al público o cerrar el tramo navegable del río.
“No es nuestra autoridad decirle a las compañías de kayak que cancelen sus viajes”, dijo Mas Dojiri de la Oficina de Sanidad de Los Ángeles, encargada de controlar la calidad del agua del río, junto a las organizaciones sin ánimo de lucro Heal the Bay y Council for Watershed Heath.
FALTA DE UN PROTOCOLO
Desde el 1 de septiembre, estas tres entidades comenzaron a notar algo alarmante: los niveles de E. coli estaban aumentando a sus niveles más altos en los últimos años.
Bajo la Ley Federal de Agua Limpia, la norma de E. coli para el Valle Elysian y la Cuenca Sepulveda, la porción del río LA que está abierta al kayak, es de 235 por 100 mililitros. En septiembre la tasa alcanzaba los 4,000 por 100 ml, cien veces superior al límite federal.
El 7 de septiembre, diversos funcionarios gubernamentales como el Departamento de Salud Pública de la LA y la Junta Regional de Control de Calidad del Agua, además de ONGs, iniciaron una cadena de emails debatiendo el alto grado de contaminación y la manera de actuar. No obstante, la entidad con autoridad de fato para cerrar el río y cancelar la competición de kayak no participaba de esta cadena de mensajes.
The Mountains River Conservation Authority (MCRA, por sus siglas en inglés) es la única con capacidad de clausurar el área recreativa del río cuando las condiciones no son seguras para su descenso, y sus guardabosques quienes pueden cerrar físicamente las puertas del carril bici.
De hecho, MRCA ya cerró el río en dos ocasiones este verano debido al riesgo de inundaciones. No obstante, ante la extrema contaminación por la bacteria E. coli, argumenta simplemente que no pudo actuar porque no fueron informados desde la Oficina de Sanidad de LA, el Departamento de Salud Pública del condado o el Cuerpo del Ejército.
“Podrían habernos llamado y pedirnos que cerrasemos el río, por supuesto”, dijo Dash Stolarz, director de asuntos públicos de MRCA, “nosotros somos el brazo de acción”. Ante la evidente falta de comunicación, Dojiri reconoció que existía espacio de mejora. “Creo que necesitamos un protocolo más coordinado. Hay posibilidad de mejora”, concluyó.
La bacteria E. coli vive en los intestinos de los seres humanos y animales, y cuando se encuentra en el agua indica la presencia de aguas residuales o heces. La ingesta o el consumo de agua contaminada con altos niveles de E. coli puede causar diarrea, vómitos y fiebre.