Rex Tillerson baja la cabeza y jura lealtad a Trump, ¿cuánto durará?
Según reportes Tillerson llamó "idiota" al presidente
Muchos se especuló sobre los informes que decían que el secretario de estado de Donald Trump lo llamó idiota y que estaba considerando su renuncia. Sin embargo todo cambio esta tarde cuando el propio Tillerson salió a dar la cara.
Fue así como Rex Tillerson, salió a negar que haya pensado en dimitir y defendió su relación con el presidente, Donald Trump, después de que un informe de prensa asegurara que hace unos meses llamó “idiota” al mandatario y pensó seriamente en renunciar a su cargo.
Trump y Tillerson dedicaron parte de su jornada a combatir la información publicada por la cadena NBC News, según la cual el vicepresidente, Mike Pence, tuvo que intervenir este verano para calmar al secretario de Estado y evitar que renunciara, tras meses de tensiones con la Casa Blanca.
“El vicepresidente nunca ha tenido que persuadirme de seguir siendo secretario de Estado, porque nunca he considerado abandonar este puesto”, dijo Tillerson en una comparecencia ante la prensa en el Departamento de Estado.
Fue la segunda vez en menos de tres meses que el titular de Exteriores ha tenido que negar que planee abandonar su cargo, dado que los rumores sobre su aislamiento y su frustración con la Casa Blanca no paran de circular por Washington.
“Hay algunos que tratan de sembrar el disenso para impulsar sus propios objetivos pisando a otros, en un intento de socavar la propia agenda del presidente Trump”, denunció Tillerson.
Según NBC News, que citó a tres funcionarios familiarizados con el incidente, Tillerson llamó en privado “idiota” a Trump después de reunirse el 20 de julio en el Pentágono con miembros del equipo de seguridad nacional de la Casa Blanca.
El jefe de la diplomacia estadounidense no quiso contestar durante su comparecencia a la pregunta de si insultó o no a Trump, por considerar que se trataba de una cuestión “insustancial”.
“No voy a formar parte de ese esfuerzo para dividir a esta Administración”, zanjó.
Pero la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, se encargó unas horas más tarde de responder a la pregunta.
“El secretario de Estado no usó ese tipo de lenguaje para hablar sobre el presidente de Estados Unidos. No usa ese lenguaje para hablar sobre nadie. No dijo eso”, subrayó Nauert en una conferencia de prensa.
Trump y Tillerson hablaron hoy por teléfono sobre el tema, y el secretario de Estado afirmó después a través de su portavoz que fue “una buena conversación” y “las cosas están bien” entre ambos.
El mandatario estadounidense aseguró hoy a los periodistas que tiene una “confianza total” en Tillerson, y arremetió contra la cadena NBC News por haberse “inventado” la información.
“¡Deberían disculparse con Estados Unidos!”, escribió Trump en Twitter, en referencia a NBC News.
La cadena televisiva no se ha retractado, y mantiene que, según sus fuentes, la información que publicó es verdadera.
De acuerdo con esa cadena, Tillerson consideró dimitir a finales de julio después de varios roces con la Casa Blanca y del discurso de marcado tono político que Trump dio ante una reunión de los Boy Scouts, una organización que el ahora secretario de Estado presidió hace años.
A finales de julio, la cadena CNN también informó de que el plan de Tillerson era permanecer en el cargo al menos hasta el final de este año, pero había considerado abandonarlo antes debido a sus crecientes diferencias con la Casa Blanca.
Tillerson, un exejecutivo petrolero sin experiencia previa en el sector público, lleva menos de un año como secretario de Estado, pero no ha podido sacudirse la imagen de funcionario prescindible, eclipsado por poderosos asesores de la Casa Blanca o por los propios tuits del presidente.
El pasado fin de semana, poco después de que Tillerson anunciara que Estados Unidos tiene “líneas de comunicación” abiertas con Pyongyang, Trump tuiteó que su secretario de Estado “pierde el tiempo tratando de negociar” con Corea del Norte.
Pese a todo, Tillerson entonó hoy una vehemente defensa de Trump y de su doctrina de política exterior, de la que dijo que “ha roto el molde de lo que la gente cree que nuestro país puede conseguir”.
“Mi compromiso con el éxito de nuestro presidente y nuestro país es tan fuerte ahora como cuando acepté la oferta de ser secretario de Estado“, aseveró.