Los cubos de arcilla oaxaqueña que construyen arte en galería neoyoquina

El artista mexicano Bosco Sodi inaugurará su exposición en Nueva York

Cuando el artista mexicano Bosco Sodi planeaba su exposición “Cariátides” para la galería Paul Kasmin en Nueva York, le surgió la idea de “Muro”, un montaje de 1,600 ladridos hechos en Oaxaca, México, que convocó a cientos de personas al Washington Square Park en septiembre pasado.

Aquel montaje fue su primer posicionamiento “artístico-poético-político”, como el mismo lo definiría en entrevistas a este diario, contra el muro fronterizo del presidente Donald Trump.

Ahora, el artista está a punto de abrir sus nueva exposición con esculturas de arcilla, el mismo material utilizado para “Muro”, pero ahora con un concepto distinto, cercanos a sus temas recurrentes: la libertad, el vacío, lo irrepetible, el espacio.

“Los primeros polines (bloques de barro), fueron dejados en el estudio (de Oaxaca) en forma de hilera, como un pequeño muro”, contó Bosco cuando habló de su montaje, esas muestras estaban pensadas para “Cariátides”, que se abre el 2 de noviembre. “Es una exposición individual con esos cubos, que fue de donde se deriva toda la historia del muro”.

¿Qué es una cariátide? Se trata de mujeres vestidas con un traje talas que funcionan como columnas de algún inmueble y fueron utilizadas principalmente por los griegos.

A Bosco no le gusta definir su arte que, sin embargo, es considerado por los expertos como moderno, aunque a él no le gustan “las etiquetas”, porque defiende la libertad y dejar que el espectador defina su posición ante la obra e interactúe con ella.

“Caryatides”, en inglés, estará hasta el 6 de enero de 2018 en la galería que se ubica en el 515 de la Calle 27 Oeste.

Bosco Sodi en su taller en Brooklyn. FOTO: JESÚS GARCÍA

“Sodi emplea el enfoque sistemático del minimalismo, pero evita la fría precisión de la fabricación industrial”, explica la galería en la descripción de la obra, donde agrega que el artista elige elemento tradicionales. “Que conservan el carácter esencial de los elementos locales de la tierra, el agua, el aire y el fuego con que las esculturas son creadas”.

Justamente esa misma descripción utilizó Sodi al hablar de “Muro”, donde mantuvo en la obra la escencia del origen del material utilizado y el proceso de transformación. “La importancia de los cuatro elementos”, indicó, al destacar la importancia de este concepto en su obra.

“La arcilla se forma y alisa a mano en cubos sólidos que se dejan secar al sol en el aire estudio en Oaxaca, México”, se indica en la descripción. “Una vez curados, los cubos se cuecen en un horno de ladrillos tradicional con madera y semillas de jacaranda”.

El montaje incluyen dos grandes cuadros al final de una especie de “laberinto” con las columnas erigidas con los ladrillos o “polines” elaborados en Oaxaca.  “Los cuadros tienen el concepto  de materia, relacionados con el vacío”, expresó Sodi.

El proceso de elaboración deriva en ladrillos con diversos colores y tonos, que van del terracota, como base, al verde, el negro, pero ninguno es igual.

Sodi considera que estas obras son esculturas vivientes: las superficies están determinadas por el carácter esencial de los materiales y procesos en lugar de la imposición de la voluntad del artista.

Cuando vi la maqueta de la obra, durante la entrevista con el artista en su taller en Brooklyn, pude ver los distintos tamaños de las columnas, los cuales la galería describe como una especie de “tótems”, que transformarán la galería e incluso podrían invitar a la meditación, en medio de una belleza “llena de imperfección”.

La maqueta de “Caryatides”. FOTO: JESÚS GARCÍA

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