Congreso reanuda sesión con reto de evitar cierre del gobierno en dos semanas
Aunque los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso, necesitarán el apoyo de los demócratas para aumentar esos límites
WASHINGTON— Los líderes del Congreso iniciaron este miércoles la segunda mitad de su 115 sesión legislativa sin consenso sobre DACA y un amplio abanico de tareas pendientes, pero con la urgencia de evitar un cierre del gobierno federal por falta de fondos a partir del próximo 19 de enero.
La nueva sesión comenzó con la juramentación del demócrata Doug Jones, que ganó una reñida elección especial el mes pasado para el escaño por Alabama en el Senado, que dejó vacante en febreo de 2017 el ahora fiscal general, Jeff Sessions. Jones juramentó al cargo pese a que su rival republicano, el juez ultraconservador, Roy Moore, jamás aceptó su derrota en las urnas.
Vice President Mike Pence swears Alabama's Doug Jones and Minnesota's Tina Smith into the US Senate as former Vice Presidents Joe Biden and Walter Mondale stand by https://t.co/Q2sOrEq2nn https://t.co/KhyGe3ASMU
— CNN Politics (@CNNPolitics) January 3, 2018
También juramentó la nueva senadora demócrata por Minnesota y exvice gobernadora de ese estado, Tina Smith, en reemplazo del senador Al Franken, quien renunció al cargo en medio de acusaciones de acoso sexual.
Welcome to the Senate, @SenTinaSmith and Senator Doug Jones! pic.twitter.com/FomOsgMqNN
— Senate Democrats (@SenateDems) January 3, 2018
La Cámara de Representantes reanudará formalmente su sesión el próximo lunes.
Aunque los republicanos siguen festejando la aprobación de una polémica reforma fiscal, que beneficiará principalmente a los millonarios y grandes corporaciones, comienzan el año con una mayoría reducida en el Senado, a 51-49, lo que los obligará a buscar ayuda de la oposición para medidas que requieren 60 votos.
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La larga lista de prioridades para 2018, año electoral para la renovación de la Cámara Baja y un tercio del Senado, la encabeza la autorización de fondos para evitar una interrupción de las actividades de la burocracia federal. Antes de su receso decembrino, los legisladores aprobaron una “resolución continua”, o medida de gastos temporal que caducará en 16 días.
Por ello, los principales legisladores demócratas y republicanos de ambas cámaras del Congreso se reunirán hoy a puerta cerrada con dos asesores de la Casa Blanca, el director de la Oficina de Gestión y Presupuesto, Mick Mulvaney, y el de asuntos legislativos, Marc Short, para acercar posiciones sobre asuntos como nuevos gastos de defensa, y un aumento al techo de la deuda nacional.
También tienen que reautorizar los fondos para el “Programa de Seguro de Salud para Niños” (CHIP, por su sigla en inglés), que benefician a cerca de nueve millones de niños de bajos recursos. El Congreso autorizó fondos por solo seis meses, pero la meta es una extensión de cinco años.
En 2015, el 37% de los niños protegidos por “CHIP” era de origen hispano, según el Instituto de Política de Salud de la Universidad de Georgetown.
Entre sus tareas pendientes, el Senado tiene que aprobar una medida de $81 millones en ayuda para desastres naturales, incluyendo ayudas para Puerto Rico por el huracán “María”, y para California, azotado por incendios forestales. La Cámara Baja aprobó la medida antes del receso, pero los senadores demócratas exigieron más ayudas para los estados, y el voto quedó pendiente.
Además de las riñas sobre el presupuesto y el futuro de DACA, los legisladores tampoco se ponen de acuerdo sobre medidas para restablecer los subsidios a las aseguradoras para que las personas de bajos recursos puedan adquirir seguro médico dentro de Obamacare.
Una traba en torno al presupuesto es que un acuerdo fiscal de 2011 impuso límites a los gastos que se autoricen para el Pentágono y resto de las agencias federales, de tal manera que no sobrepasen los niveles de 2017.
Aunque los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso, necesitarán el apoyo de los demócratas para aumentar esos límites.
De ahí que activistas de grupos pro-inmigrantes en todo el país exigen que los demócratas utilicen su “palanca” en las negociaciones presupuestarias –los republicanos necesitarán nueve votos demócratas en el Senado- para extraer protecciones permanentes para los “Dreamers” amparados al programa de “acción diferida” (DACA) de 2012.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo ayer en su primera rueda de prensa de 2018 que un nuevo acuerdo presupuestario es “la prioridad más grande y número uno” de la Administración.
De hecho, el presidente Donald Trump y los principales líderes republicanos del Congreso se reunirán el próximo fin de semana en la casa de descanso presidencial en Camp David, Maryland, para discutir a puerta cerrada las prioridades de su agenda conservadora este año.
Entre esas prioridades figuran la reforma al sistema de beneficencia pública, una millonaria infusión a proyectos de infraestructura, el levantamiento de restricciones a parte del sector bancario, y posibles esfuerzos para anular “Obamacare”, pero los republicanos no han precisado un cronograma para el debate de estos temas.