Reunión en L.A.: las Vengadores de Marvel hablan de Infinity War
“No transmitan en vivo. Deshabiliten la geolocalización de sus teléfonos”. El pedido es amable pero firme. El show está por empezar, pero se trata de un espectáculo reservado para los que estamos en este salón ubicado en un imponente hotel en algún lugar de Los Ángeles que, nos dicen, es mejor no revelar. Secreto es el nombre del juego y los poco más de cien periodistas de todo el mundo presentes queremos jugarlo, porque sabemos lo que viene pero no sabemos qué pasará. Después de todo, es imposible imaginar qué sucederá cuando caiga la cortina negra y la A del logo de los Avengers sea reemplazada por los más de veinte actores que interpretan al equipo de superhéroes conocidos como Los Vengadores de Marvel, estudio que diez años después de estrenar la primera Iron Man, está celebrando su aniversario con Avengers: Infinity War, que llegará a las salas el jueves. Una película que tienen guardada bajo siete llaves, al punto que ni siquiera sus protagonistas la vieron antes de la premiere que se realizará esta noche, a pocos kilómetros de aquí.
La primera sorpresa de la conferencia de prensa ocurre aun antes de la aparición del primer superhéroe. Es que para coordinar todo el asunto -que nadie le pise la capa a nadie- aparece Jeff Goldblum, experimentado actor, personaje encantadoramente excéntrico y, según Robert Downey Jr, un “tesoro nacional”. Y, de hecho, es él, el mismísimo Iron Man, quien da por empezado el asunto cuando su nombre sale primero del bolillero que Goldblum hace girar con el entusiasmo de un niño cantor de la lotería. Sí: para agregarle otro elemento de risa y festejo al evento, los nombres de los entrevistados serán elegidos al azar. Y el primero es, como no podía ser de otra manera, el de Downey Jr. Después de todo fue él -según contó a LA NACION Kevin Feige, presidente de los estudios Marvel y “padre” de los 19 films que lleva hechos en la última década- quién primero vio el potencial de la nueva era de películas basadas en superhéroes.
“Antes que yo y todos los demás en el estudio, Robert Downey supo lo gigantes que podían ser estas películas y que él sería la estrella más exitosa de Hollywood. Tenía talento, confianza, estaba enfocado y decidido”, recordaba hace un rato el productor, que ahora tiene sentado a su lado a la estrella. Y que lo mira con una sonrisa cuando, sin esperar a que le hagan la pregunta, Downey se la formula y la responde en un mismo aliento. “Primera pregunta: ¿quién es mejor? ¿Iron Man o Black Panther? ¿Dijiste «Black Panther»? ¡Estoy de acuerdo!”, dice el intérprete leyendo perfectamente el ánimo de los presentes, que aplaudieron a todos pero notoriamente más fuerte a la hora de la presentación de Chadwick Boseman, Letitia Wright, Danai Gurira y Winston Duke, los actores de Black Panther que forman parte del elenco de Avengers: Infinity War.
Más que una conferencia de prensa, el encuentro se parece mucho a una convención de superhéroes tipo Comic-Con, la fantasía de todo fanático del género hecha realidad frente a sus ojos. Dieron el presente Hulk (Mark Ruffalo), Thor (Chris Hemsworth), Star-Lord (Chris Pratt), Loki (Tom Hiddleston), Doctor Strange (Benedict Cumberbatch), Gamora (Zoe Saldana), Black Widow (Scarlett Johansson), Scarlett Witch (Elizabeth Olsen), Spiderman (Tom Holland), Vision (Paul Bettany), War Machine (Don Cheadle), Drax (Dave Bautista), Falcon (Anthony Mackie), el Soldado del Invierno (Sebastian Stan) y Mantis (Pom Klementieff), del lado de los buenos, y Thanos (Josh Brolin), como el representante de los malos, el gran villano que pondrá patas para arriba el universo en la película dirigida por los hermanos Joe y Anthony Russo.
Preparados para evitar contar cualquier cosa significativa sobre el film, los actores se esfuerzan por entretener a su público con la ayuda, claro, de Goldblum, que saca bolillas del tamaño de una pelota de ping pong que pueden tener escrito el nombre del siguiente intérprete en recibir una pregunta o pistas sobre su identidad. “Esta pregunta es para alguien verde”, lee el maestro de ceremonias con su peculiar modo de pausar las palabras, haciendo un entretenido show personal. En un escenario lleno de actores, cada uno hace el propio. Así, cuando ese “alguien verde” resultó Zoe Saldana y no Mark Ruffalo, como todos esperaban, el actor hizo su mejor interpretación de Hulk enojado y lanzó un sonoro “coño” en castellano. Porque quien había hecho la pregunta tenía un claro acento latino.
Y si el tema de la diversidad y la representación de las minorías en el mundo Marvel ocupó los pocos minutos de seriedad de la conferencia, otro de los temas de la agenda pública y política de Hollywood, la desigualdad de género, apareció también para demostrar que todavía tiene mucho camino por recorrer más allá de la burbuja del mundo del entretenimiento. Es que ante su desconcierto -y el de la mayoría de la prensa- a Scarlett Johansson le tocó contestar sobre la moda de su personaje, la inteligente y letal Black Widow. “La verdad es que no sé qué contestar. En esta película tengo un chaleco nuevo y me cambié el peinado por decisión propia”, contestó la actriz, intentando disipar la incomodidad que la pregunta obviamente había generado.
Como si se tratara de una de las coreografiadas escenas de acción del film, llegó al rescate Tom Holland, el Hombre Araña, para contar su propio tropiezo en la película. “El nuevo traje de mi personaje en realidad está creado por computadora, así que durante gran parte del rodaje me tuve que parar alrededor de estos gigantes usando una especie de pijama”, aporta el más joven del grupo, para enseguida advertir que quiere hablar lo menos posible porque ya una vez había contado, por accidente, un elemento central de la trama de su película De regreso a casa.
No es el único con temor a la metida de pata devenida spoiler. Cada una de las estrellas se las ingenió a su modo para evitarlas. Mientras Paul Bettany advertía que no podía revelar anécdotas de la filmación porque no era un “soplón”, Benedict Cumberbatch tomó el camino de la ignorancia. “Les puedo decir que leí un guión pero no sé si era el guión. Y podría contarles lo que decía pero como no vi la película tampoco sé si algo de eso quedó en el corte final”, decía, medio en serio, medio en broma, el británico, mientras Chris Pratt evitaba responder del tema hablando de su hobby, la pesca, y Goldblum empezaba a lanzar las pelotitas de ping pong hacia los entrevistados, conectando una justo en la frente de Downey Jr. Es el lado negativo de estar siempre en el centro de la escena.
De regreso a Wakanda
El director Joe Russo dice que nadie va a revelar nada de la película. Que él mismo instaló el mecanismo para que cada vez que un actor esté cerca de contar algo sobre la trama reciba una descarga eléctrica. Entonces, después de más de media hora de varios intentos fallidos, es momento de pasar al nuevo tema favorito del universo cinematográfico de Marvel: Black Panther. Con más de 1000 millones de dólares recaudados en la taquilla global desde su estreno, el primer film que puso a un elenco y a un director negro en el centro de la escena de los tanques de Hollywood, se convirtió en ejemplo del cambio que la industria del cine necesita. Un éxito de público y crítica tan contundente que no es difícil imaginar que su importancia en la nueva Avengers pudo haber crecido acorde con él.
“Fue lindo tener a alguna de esta gente en Wakanda, pero esta película no es Black Panther 1.5 ni Black Panther 2. Infinity es Infinity“, explica Boseman que, como corresponde a la realeza, aunque sea ficticia, está sentado en primera fila, lo mismo que Danai Gurira, que interpreta a la guerrera Okoye, la gran revelación del film. A su lado, Brolin -firme candidato a ser el favorito del público de esta película- decidió que era tiempo de revelar algo. Aunque no fuera exactamente lo que el público estaba esperando: “Para hacer bien mi trabajo, que es sembrar el pánico, estuve desnudo durante todo el rodaje”, bromea el actor, bien lejos del villano violeta que a partir del jueves causará desastres y desmanes a la altura de los superhéroes que enfrentará. Esos que ahora se abrazan mientras van dejando el escenario, listos para salvar al mundo una vez más.