Un regalo de vida; emotivo encuentro entre donante y receptor de medula ósea

Jovencito que padecía leucemia se reúne con el hombre que le salvó la vida

Arturo y Nick Martinez durante el emotivo encuentro en City of Hope. (Aurelia Ventura/La Opinion)

Arturo y Nick Martinez durante el emotivo encuentro en City of Hope.  Crédito: Aurelia Ventura | Aurelia Ventura/La Opinion

En el 2014 Arturo Martínez, de entonces 11 años y fanático de las carreras, comenzó a tener constantes mareos, cansancio y falta de energía por lo cual sus padres decidieron llevarlo al doctor.

Tras varios exámenes recibieron la noticia que ningún padre se espera. Arturo fue diagnosticado con leucemia.

“Yo no sabía qué era leucemia, pero mi mamá me dijo en español ‘es cáncer’”, recordó Arturo durante un evento el viernes pasado donde conoció a su donante. “Si me asusté porque yo sabía que el cáncer es malo por todo lo que pasa en la televisión”.

Y no solo en la televisión, pero también alrededor con su familia. En 2015 su abuelo paterno perdió la lucha contra el cáncer de próstata y falleció. Y un primo de 12 años del lado materno falleció de cáncer el mismo día que Arturo fue diagnosticado.

“Fue muy terrible, no sabíamos qué hacer y más que [Arturo] es hijo único”, dijo Margarita Cortez, abuela materna del chico.

Sandra Cortez, madre de Arturo, dijo que su hijo siempre había sido un niño muy sano.

El menor fue diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda, un cáncer que aparece en la versión temprana de glóbulos blancos llamados linfocitos en la médula ósea.

Arturo Martínez, de 15 años, sobrevivió a la leukemia linfoblástica aguda, con sus padres, Sandra y Arturo Martinez. (Foto familiar)

Las células leucémicas usualmente invaden la sangre con bastante rapidez. Estas células se pueden propagar a otras partes del cuerpo, como a los ganglios linfáticos, el hígado, el bazo, el sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal) y los testículos (en los hombres), explica la Sociedad Americana del Cáncer.

Su única cura era la donación de medula ósea.

Una esperanza a la distancia

Nick Martínez, de 30 años, dijo que desde hace tiempo sentía la necesitad de ayudar a otras personas. Por esta razón se registró como donante de medula ósea en San José, al norte de California. Se hizo los exámenes de sangre, llenó los documentos y esperó.

Al poco tiempo recibió la noticia que había una persona que necesitaba la medula ósea y él sin dudarlo llegó para someterse a la cirugía el 16 de abril del 2015.

“Me sentía un poco nervioso pero estaba bien. Me extrajeron [la medula ósea] del hueso de atrás y estuve bajo recuperación por unas dos semanas”, dijo Nick, quien no esta relacionado con Arturo pero por coincidencia comparten el mismo apellido.

“Después de la operación solo tenía un dolor de espalda como si hubiera hecho mucho ejercicio pero después se me quitó”, relató.

Arturo y Nick Martinez.  (Aurelia Ventura/La Opinion)

Sandra dijo que ahora su hijo de 15 años se encuentra estable. “Fuimos con el doctor y ya lo dieron de alta”, expresó emocionada.

Un encuentro único

Poco después de la exitosa cirugía de Arturo, él y sus padres pidieron a City of Hope de la ciudad de Duarte conocer al donante de médula ósea.

El viernes se dio ese encuentro durante la emotiva “Reunión Anual de Trasplantes de Médula Ósea (BMT) de City of Hope”, donde Arturo por fin conoció y agradeció personalmente a Nick por haberle regalado la vida de nuevo.

“Me siento vivo otra vez”, dijo Arturo luego de que él y su familia le dieran un fuerte abrazo a Nick.

La abuela paterna del menor, Ninfa Martínez no pudo contener las lágrimas y también corrió a abrazar a Nick dándole las gracias por salvarle la vida a su nieto.

“Él [Nick] le ha devuelto la vida a mi nieto y yo le dije que ahora se ha ganado una nueva familia mexicana aquí”, dijo la abuela con un nudo en la garganta de emoción.

La pediatra de Arturo, Nicole Karras, de City of Hope dijo que el chico fue muy afortunado en recibir un trasplante de médula ósea en tan poco tiempo. Su espera fue de un mes aproximadamente.

“La leucemia linfoblástica aguda ocurre aproximadamente de uno entre cada 3,500 niños en el país y tiene un 80% de probabilidades de ser curable”, dijo la doctora.

La razón por la que esperan más de un año para que donador y receptor se conozcan es porque el primer año es el más crítico, dijo Karras. “Si algo le pasa al paciente el donante se sentiría mal y no queremos eso”.

Ahora que Arturo ya esta recuperado dijo que tiene muchos planes para su futuro.

“Antes me quería enlistar en los Marines pero ahora creo que quiero hacer algo relacionado con tecnología”, dijo el adolescente. “También quiero ayudar a otras personas como me ayudaron a mi también”.

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