Karime Macías, la “Reina de la Abundancia”

La esposa del convicto exgobernador Javier Duarte no dejó ni un momento de su vida de profuga de rodearse de lujos

Karime Macías y familia.

Karime Macías y familia. Crédito: Karime Macías (Twitter)

MÉXICO.- Fiel a un mantra que arrastra desde un tiempo no específico, Karime Macías no dejó ni un solo momento de su vida de profuga de rodearse de lujos, de buena ropa deportiva, de paseos. “Merezco abundancia”, “merezco abundancia” escribió antes en aquella libreta Mont Blanc que el gobierno del estado de Veracruz encontró en una bodega junto con obras de arte y otros caprichos.

Karime Macías, abogada de la Universidad Iberoamericana y maestra por la Universidad Complutense de Madrid, esposa del convicto exgobernador Javier Duarte, rentó un departamento de lujo cercano a la residencia de la reina Isabel II e inscribió a sus hijos en una escuela privada del centro de Londres desde donde se movía para hacer yoga y gimnasia.

Llegó a la capital británica, símbolo del primer mundo, procedente del tercero; no se iba a quedar en medio del escándalo veracruzano donde su marido gobernó de 2006 a 2012 entre acusaciones de corrupción que terminaron por salpicarla.

El sucesor de su marido, Miguel Angel Yunes, dice que ella, de clase alta criada con rigor en la zona petrolera de Coatzacoalcos, creó seis empresas fantasma con las que desvió algo así como $6.6 millones de dólares o 120 millones de pesos del erario público a sus finas bolsas personales.

Contraria al discurso oficial en el que se autopromovía como una Primera Dama “con una vida normal”; en los hechos, iba de tienda en tienda derrochando un dinero que no ganaba con el sudor de su frente o intelecto, sino con alevosía y ventaja, según las cuentas del gobierno de Yunes, el acusador ante la Procuraduría General de la República (PGR) que reclama la extradición.

El periodista veracruzano Aurelio Contreras argumenta que hay indicios de que familiares de Macías —en particular sus primas Brenda Tubilla Muñoz y Córdova Ramírez Tubilla— “se hayan beneficiado con contratos millonarios relacionados con la celebración del popular evento cultural Cumbre Tajín’’.

La prensa que odió Javier Duarte —durante su periodo de gobierno murieron más comunicadores que en ninguno otro— ha dado rienda suelta a todo tipo de acusaciones contra la mujer discreta de buen vestir, lectora de literatura contemporánea como Haruki Murakami o Banana Yoshimoto.

“Han violado mi presunción de inocencia”, se defendió ella en una carta publica que escribió en diciembre pasado para solicitar la devolución de los bienes incautados.

El diario Reforma documentó en marzo de 2017 que Macías gastó casi medio millón de dólares en compras personales y hoteles de lujo, entre diciembre de 2010 y enero de 2012. Según la publicación, sus lugares preferidos eran tiendas de marca como Neiman Marcus en Houston, Bergdorf Goodman en Nueva York y Max Mara en México.

Lejos de casa, ya en Londres, perseguida por el poder que se volvió en su contra por la alternancia de partido en el gobierno, siguió con otras excentricidades: viajes recurrentes a España y Estados Unidos mientras los veracruzanos —según las acusaciones— se quedaron con las ganas de baños biodegradables, equipo médico, alimentos, equipos para la captación y purificación de agua que prometió como reina de la abundancia.

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