La nueva batalla de Trump que cambiaría el rumbo político de EEUU
Trump busca nominar a un magistrado ultra-conservador para remplazar a Anthony Kennedy en la Corte Suprema
Como caído del cielo para Donald Trump llega un importante anuncio desde la Corte Suprema que podría cambiar el rumbo político de EEUU.
El juez Anthony Kennedy, una voz centrista en el Tribunal Supremo, anunció hoy por sorpresa que se jubilará el 31 de julio, lo que permitirá al presidente, Donald Trump, afianzar la hegemonía conservadora en la corte con un sustituto contrario al aborto y favorable a las armas.
Kennedy, de 81 años, fue hoy a la Casa Blanca para comunicar en persona a Trump que había decidido jubilarse para pasar más tiempo junto a su familia.
“Ha sido uno de los honores más grandes de mi vida y un privilegio servir a nuestra judicatura federal durante 43 años, 30 de esos años en la Corte Suprema”, dijo Kennedy en un comunicado.
Este paso permitirá a Trump elegir a un nuevo juez para el alto tribunal, conformado por nueve magistrados con cargos vitalicios y que actualmente está dividido entre cuatro progresistas y cinco conservadores.
Aunque entra dentro del grupo de conservadores, Kennedy está considerado como un juez centrista, que ha emitido en muchas ocasiones el voto de desempate en resoluciones importantes
Su voto permitió en 2015 legalizar el matrimonio entre homosexuales y, en 1992, reafirmar la idea de que el Estado no puede interferir en la decisión de la mujer sobre la interrupción de su embarazo, una idea que el Tribunal Supremo avaló en 1973 en el caso “Roe vs Wade”.
Nacido el 23 de julio de 1936 en Sacramento (California), Kennedy llegó al Supremo el 18 de febrero de 1988 tras haber sido nominado por el expresidente republicano Ronald Reagan (1981-1989), lo que le convierte en el magistrado que más tiempo lleva vistiendo la toga en la máxima corte.
Minutos después de conocerse la noticia, Trump aseguró que quiere elegir antes de los comicios legislativos de noviembre al sustituto de Kennedy, que saldrá de una lista de 25 candidatos con perfiles ultraconservadores, contrarios al aborto y favorables al derecho a portar armas.
“Será alguien de esa lista”, afirmó Trump en la Casa Blanca a la prensa, aunque rechazó ofrecer ningún nombre concreto.
Los jueces del Tribunal Supremo son elegidos por el presidente, aunque deben superar una barrera de 51 votos para ser confirmados por el Senado, donde los republicanos ostentan una estrecha mayoría de 51 escaños frente a 49 demócratas.
Trump ya consiguió confirmar en el Senado en 2017 al juez conservador Neil Gorsuch, que sustituyó a Antonin Scalia, un símbolo del conservadurismo.
Lo más importante ahora son las fechas, puesto que los republicanos quieren que el sustituto de Kennedy sea confirmado antes de las elecciones de noviembre, mientras que los demócratas tratarán de retrasar el proceso con la esperanza de poder recuperar la mayoría en el Senado y bloquear cualquier nombramiento de Trump.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ya solicitó hoy a los republicanos que el voto se celebre después de las elecciones al considerar que se trata de la vacante “más importante en al menos una generación”.
Schumer, además, indicó que sería el “colmo de la hipocresía” que los republicanos convocaran el voto para antes de los comicios, puesto que hace tres años se negaron a evaluar al juez que había designado el entonces presidente Barack Obama (2009-2017) para sustituir a Scalia, pues argumentaron que debía ser nombrado por el ganador de las elecciones de 2016.
En respuesta, el líder de la de los republicanos en la Cámara Alta, Mitch McConell, no aclaró si convocará el voto para antes o después de las elecciones, aunque adelantó que sería en “otoño”.
Además de Gorsuch y Kennedy, Trump también podría nombrar el relevo de los progresistas Stephen Breyer, de 79 años, y Ruth Bader Ginsburg, de 85 años, puesto que ambos superan ya la barrera de los 78 años, la edad media con la que los magistrados han colgado la toga desde 1960.
Sin embargo, la potencial nominación de un juez de ideología más conservadora para el Supremo solo servirá para consolidar la actual hegemonía de esta tendencia ideológica.
El Supremo ha mantenido una mayoría republicana desde 1972, cuando el presidente republicano Richard Nixon (1969-1974) nominó a su tercer juez y frenó la revolución social que había cobrado fuerza en la corte con fallos a favor de los sindicatos y contra la discriminación racial.