El único delito es detener a niños y familias

No solo protestar, sino asistir a las familias, ha sido el trabajo de las organizaciones no lucativas y abogados de interés público  (Aurelia Ventura/La Opinion)

No solo protestar, sino asistir a las familias, ha sido el trabajo de las organizaciones no lucativas y abogados de interés público (Aurelia Ventura/La Opinion) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion

A través de los años, he visto y conocido a miles de inmigrantes indocumentados, incluyendo a miembros de mi propia familia. Como hija de inmigrantes nunca, ni en mi peor pesadilla, pensé que el trato a la comunidad inmigrante indocumentada pudiera ser tan indignante.

Yo soy colombo-estadounidense: nací en EE.UU. de padres colombianos. Ellos emigraron de Bogotá, en 1979. Me siento tan estadounidense como colombiana. Crecí en un ambiente bilingüe y bicultural – entre Sesame Street y el Chavo del 8 – aprendí a apreciar y amar a ambos países y ambas culturas.

Es por eso que el Mes de la Herencia del Inmigrante significa tanto para mí. Mis padres me enseñaron a amar mi cultural como a mi propia familia. Siempre digo que nada ha tenido un impacto tan grande en mi carrera como mis raíces – y eso se lo debo a mis padres.

Durante toda mi carrera profesional y en mi trabajo del día en día he visto como nuestra comunidad se ve afectada por la falta de recursos e información. Desde salones de clases donde enseñaba matemáticas en Phoenix, hasta las oficinas de Planned Parenthood en Washington, no he dejado de luchar por los derechos de nuestra comunidad – así tengan papeles o sean indocumentados.

Mis padres vinieron a EE.UU. buscando un mejor futuro para mis hermanas y para mí. Que padres busquen un mejor futuro para sus hijos no es un delito.

Según las leyes estadounidenses, cruzar la frontera sin documentos no es un delito grave. Pero para mí, lo que es un delito grave es separar niños de sus padres, es detener a las familias inmigrantes, y es algo que nos debe avergonzar como país.

La administración Trump-Pence puede separar familias, pero no podrá separar la fuerza creciente en nuestra comunidad y nuestra luchar por la justicia. A finales de junio visité la frontera en Tornillo, Texas, y pude ver cómo funcionarios públicos, líderes de derecho civiles y organizaciones, junto a miembros de la comunidad, se unieron hombro a hombro para pedir que se cese la separación de las familias.

La nueva orden ejecutiva de Trump sobre las familias inmigrantes detendría a las familias juntas en vez de separar a los niños de sus padres. Detener a familias enteras no es la solución a la crisis creada por el presidente Trump de apartar a los niños de los brazos de sus padres en la frontera – es una sentencia de cárcel. Sí, los niños deben estar con sus familias, pero también deben permanecer en ambientes seguros y saludables, no en jaulas de mallas metálicas junto con sus padres y familiares.

Las políticas de Trump de separar y detener a las familias son un ataque indignante sobre las comunidades de inmigrantes. Son un ataque sobre su salud y la posibilidad de vivir sus vidas con dignidad. Planned Parenthood continuará su apoyo hacia todos los inmigrantes en búsqueda de una mejor vida; y lucharemos junto a nuestros aliados para asegurar que las familias sean tratadas con la humanidad y el respeto que merecen.

Mis padres me enseñaron que todos los seres humanos merecen ser tratados con respeto. Me enseñaron a no discriminar a nadie por su por su clase social, o por de dónde vienen o de dónde son, porque todos tenemos sueños y metas por alcanzar. Lo que está sucediendo en la frontera con México es preocupante y nos mantendrá consternados por muchísimo tiempo. Pero sé que nuestra comunidad luchará por justicia y no pararemos hasta que se encuentre una solución a la situación con las familias inmigrantes.

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