Descubre que su novio es un estafador fugitivo buscado por robar más de $3 millones de dólares

Esta historia demuestra que la vida, en muchos casos, supera la ficción

Catalina disfruta de su nueva relación, antes de enterarse que era un timador.

Catalina disfruta de su nueva relación, antes de enterarse que era un timador. Crédito: Cortesía de Catalina Rosas

Eric Benson y Catalina Rosas se conocieron en 2015 durante un encuentro casual en un restaurante de moda en Boca Raton, Florida. Él se presentó como un comerciante de arte e inversor accionista de un selecto grupo de clientes ricos. Afirmó que recientemente se había mudado a los Estados Unidos después de una temporada de ocho años en Hong Kong.

La pareja conectó rápidamente, él se mostraba encantador y muy atento con Catalina.

Pero después de casi dos años de citas,  Catalina se enteró de que Eric no era quien decía ser. No solo la relación fue una farsa completa, sino que Eric era un estafador de guante blanco que había elaborado un plan para estafarla por más de $50,000 dólares.

También a su hijo, de 24 años le robó $12,000 dólares. Su plan, que involucraba a otra novia, oro falso, pinturas robadas, cheques falsificados y una identidad falsa, suena a guión de película.

Eric hizo todo lo posible para desempeñar convincentemente su papel de emprendedor exitoso. Como no tenía una casa en Boca Ratón, debido a su supuesta reciente vuelta a los Estados Unidos, se quedaba en el hermoso y exclusivo Boca Resort. Ahí se encontraba con Catalina y, poco a poco, iba consolidando su relación, a pesar de que Eric, supuestamente, tenía que viajar por trabajo y se ausentaba durante muchas semanas.

Un día, presuntamente al regresar de un viaje al extranjero, Eric la invitó a una casa donde se hospedaba. Según le dijo, la casa pertenecía a amigos de sus padres a quienes conocía desde hacía 30 años y que también eran sus clientes.

Su plan estaba funcionando. Catalina estaba realmente impresionada por el estilo de vida que llevaba, que se resumía principalmente en jugar al golf, viajar a lugares exóticos y cenar en los mejores restaurantes de la ciudad.
Uno de los temas favoritos de conversación de Eric era su trabajo y sus inversiones, que se concentraban en oro.

Después de haber estado saliendo durante unos ocho meses, le pidió a Catalina que le vendiera algunas monedas de oro y ofreció una comisión del 20 por ciento. Para convencerla le explicó que su tiempo era demasiado valioso para gastarlo en mandados como ese y que a ella podía usar el ingreso extra. Así que lo hizo. Dos veces.

Luego, cuatro meses después, Eric le instó a que ella misma invirtiera en monedas.  Afirmó que los mercados iban a colapsar y que la gente no podría retirar su dinero del banco, al igual que lo que había sucedido en Grecia hace años. Por eso era más seguro tener oro en lugar de dinero ahorrado.

Catalina confió en su novio y siguió su consejo, entregándole  $35,100 dólares en efectivo. A cambio, él le dio 27 monedas de oro. Según sus instrucciones, las almacenó en una caja de seguridad. El hijo le dio $12,000 dólares de su cuenta de ahorros y recibió 10 monedas de oro a cambio.

Once meses después, los fondos de la cuenta estaban disminuyendo rápidamente por lo que Catalina llamó a su ex asesor financiero,  quien la instó a que obtuviera de inmediato el oro y lo cambiara por efectivo.

Cuando lo entregó en el banco y un experto lo examinó, no tardaron en darle la noticia. Era falso. Inmediatamente fue al Departamento de Policía de Boca Raton.

Lamentablemente, la policía no pudo hacer nada puesto que no había pruebas suficientes. Catalina tuvo que reaccionar y lo hizo tendiendo una trampa a Eric, puesto que sospechaba que él diría que no sabía nada del fraude.

Por eso, quedó con él de inmediato con el pretexto de querer comprar oro para su hija. Grabó la conversación para recopilar cualquier evidencia que pudiera durante la reunión.

Grabé a Eric hablando sobre el precio y el origen del oro que nos había vendido a mí y a mi hijo, así como el oro que supuestamente iba a venderle a mi hija. También se presentó con dos pinturas, que me pidió que enviara a Sotheby’s en Nueva York para su subasta. Contraté a un investigador privado y me puse en contacto con el FBI que me remitió al Servicio Secreto, que se encarga de los casos relacionados con la falsificación.“, informa el HuffPost.

A diferencia de la policía de Boca Raton, el agente del Servicio Secreto que respondió la llamada tomó el caso muy en serio y comenzó una investigación sobre Eric y sus estafas.

Pronto todo empezó a encajar. La casa donde Eric la llevó era de una mujer llamada Jennifer, con la que había mantenido una relación durante tres años, a la vez que estaba con Catalina.  A ella también le había estafado.

Eric Benson en realidad no se llamaba así, su verdadero nombre era Blayne Frederick y era un fugitivo buscado en California desde 2013, bajo los cargos de defraudar a dos personas $3.3 millones de dólares a través de acuerdos comerciales falsos.

Sin embargo, antes de que pudieran arrestarlo, Eric ya había huido con el dinero.

Pero el pasado 31 de marzo de 2018, después de nueve meses huyendo, Eric fue arrestado en un club de golf en Jupiter, Florida, a solo 30 millas al norte de Boca Raton, cuando un camarero lo reconoció  y llamó al agente del Servicio Secreto.

De acuerdo al reporte que muestra el HuffPost, cuando Eric vio a los policías intentó huir por la puerta trasera del bar. Después de una breve persecución, fue arrestado y luego acusado de hurto mayor, intento de defraudar y ser un fugitivo de la justicia.

Actualmente está encarcelado en el principal centro de detención del condado de Palm Beach, donde espera el enjuiciamiento en Florida, así como la extradición a California para ser juzgado por sus crímenes allí.

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