Dpto. de Justicia acusa a una mujer rusa de interferir en las elecciones de 2018

Es la primera extranjera acusada de intentar influir en las elecciones de 2018

Attorney General Jeff Sessions Testifies To House Judiciary Committee On Oversight At The Justice Department

Crédito: Alex Wong / Getty Images

El gobierno de EEUU acusó el viernes a una mujer rusa de ayudar a supervisar las finanzas de un esfuerzo amplio y secreto para influir en la opinión pública estadounidense a través de las redes sociales en el primer caso federal sobre la injerencia extranjera en las elecciones intermedias de 2018.

La denuncia penal contra Elena Alekseevna Khusyaynova alega que los rusos están usando algunas de las mismas técnicas para influir en la política de Estados Unidos en las que se basaron antes de la elección presidencial de 2016, métodos descubiertos por una investigación del abogado especial Robert Mueller sobre la posible coordinación entre Rusia y la campaña de Trump.

Elena Alekseevna Khusyaynova, una contable rusa de 44 años, residente de San Petersburgo, en Rusia, fue imputada hoy por un delito de conspiración para defraudar a EEUU por su supuesta participación en una estructura que financiaba y coordinaba anuncios y publicaciones en redes sociales.

De acuerdo a un comunicado del Departamento de Justicia, la acusación formal -que era confidencial hasta ahora- fue registrada en una corte federal en el estado de Virginia.

En la denuncia penal, los fiscales dicen que Khusyaynova trabajó para la misma granja de trolls de redes sociales que fue acusada este año por Mueller durante la investigación especial sobre influencia de Rusia en las elecciones de 2016.

La actividad en redes sociales descrita por los fiscales el viernes refleja en gran medida el caso criminal de Mueller contra tres empresas rusas, incluida la Agencia de Investigación en Internet, y 13 rusos, entre ellos uno que es un aliado cercano del presidente ruso Vladimir Putin.

Los fiscales dicen que la conducta señalada el viernes está en conflicto con las leyes penales que prohíben a los extranjeros intentar influir en las elecciones estadounidenses o participar en actividades políticas sin registrarse primero con el fiscal general.

Presuntamente, Khusyaynova se encargó de la gestión financiera de la operaciones de un proyecto conocido como “Lakhta”, incluyendo el manejo de documentos como gastos en activismo, anuncios en redes sociales, registro de dominios en internet y la compra de servidores digitales.

El proyecto gozó de un presupuesto de $35 millones de dólares entre enero de 2016 y junio de 2018, aunque solo una porción de estos fue destinada a EEUU.

Según mensajes internos analizados por Washington, los miembros de “Lakhta” se referían a este proyecto como una “guerra de información contra Estados Unidos y entre sus acciones se encuentra la creación de usuarios falsos en redes sociales.

Khusyaynova fue llevada ante las Justicia por autoridades federales comunes y no por la Fiscalía especial que investiga la presunta coordinación entre la campaña de Trump y el Kremlin para perjudicar a la candidata demócrata, Hillary Clinton.

Sin embargo, el proyecto en cuestión, según EEUU, estaba apoyado por empresas y oligarcas rusos que sí aparecen imputados en las averiguaciones que dirige el fiscal especial Robert Mueller.

Medios locales señalaron que la imputada no se encuentra bajo custodia de Estados Unidos.

Preguntado por periodistas, Trump negó cualquier tipo de nexo entre Khusyaynova y su campaña presidencial.

“No tuvo nada que ver con mi campaña. Todos los ‘hackers’, y todos los que ves (en las investigaciones), nada que ver con mi campaña”, dijo el presidente.


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