Denunció a un familiar por abusar a su hija y ahora enfrenta la deportación

El abogado defensor dice que nunca en su carrera de 25 años había visto tanta urgencia para deportar a alguien sin récord criminal

Marcos Villanueva podría ser deportado a Honduras este martes 23 de octubre.

Marcos Villanueva podría ser deportado a Honduras este martes 23 de octubre. Crédito: Foto suministrada por la familia

Marcos Villanueva, un inmigrante arrestado por el Servicio de Migración y Control de Aduanas (ICE) en agosto, un mes después de enfrentar en la corte a un familiar que supuestamente abusó a su hija, enfrenta una posible deportación a Honduras.

“Nunca en mi carrera me había tocado ver un caso donde se actuara con tanta agresividad y urgencia para deportar a una persona sin récord criminal”, comenta el abogado en migración, Williard Bakeman, quien lleva su caso.

Jenie Villanueva, su esposa, se disculpó por no poder hablar ya que se encontraba muy mal, por la posible deportación de Marco, que estaba pactada para este martes por la madrugada, aunque en un comunicado, ICE dijo ayer al mediodía que seguía bajo su custodia.

Villanueva fue arrestado por agentes migratorios en la ciudad de Anaheim el 8 de agosto, cuando iba con su esposa a comprar un café.

“Eran como las 6:30 de la mañana, cuando se nos cruzaron tres camionetas de color oscuro. Sin identificarse, los agentes del ICE le preguntaron a mi esposo su nombre. Cuando les dijo quien era, le pidieron que apagara el motor el carro, y que se saliera.

“A mi me dijeron que me quedara dentro del carro  y que me fuera, que se lo iban a llevar para hacerle unas preguntas, y que un rato lo regresaban, yo sabía que no cierto”, dice con pesar.

“Esos agentes me cambiaron mi vida en cinco minutos. Se llevaron al sostén de mi familia. Mi esposo era todo para nosotros”, externa Jenie.

Marcos Villanueva con su esposa Jennie. (foto suministrada).

El abogado Bakeman sospecha que los agentes del ICE localizaron a Villanueva debido a un pitazo que les dio un familiar a quien acusaron de asalto sexual contra una de sus hijas.

“Él se presentó a la corte en julio, y en agosto fueron y lo arrestaron. No es una coincidencia. Sospecho que el tío acusado de molestar a la niña avisó al ICE, y a cambio de denunciar a Marcos, le eliminaran los cargos”, dice.

Jenie lamenta que la corte no pudo hacer nada contra el hombre que presuntamente atacó a su hija, por falta de evidencias, pero sí se llevaron detenido a su esposo, quien no tenía antecedentes criminales.

“¿Qué clase de justicia es esa?… mi esposo es un buen hombre que cumple con pagar sus impuestos cada año”, señala. En julio, un juez desechó las acusaciones contra el tío que presuntamente abusó de la hija menor de la pareja. Pero la pequeña continúa recibiendo terapia. Sus padres se enteraron del abuso cuando representantes de la escuela a la que asiste la niña fue a su casa a avisarles.

Bakeman afirma que la Junta de Apelaciones de Migración no le aceptó una apelación que interpuso para detener la deportación. Tampoco las autoridades migratorias le quisieron hacer valida una petición de asilo político.

Deportado en ausencia

“Lo único que tenía en sus antecedentes era una orden de deportación en ausencia que le dieron en 2005, porque falló a un citatorio de la corte que no tenía fecha ni lugar donde debía presentarse. Era un citatorio defectuoso”, expone.  Y advierte que al deportar a Marcos, pondrían su vida en peligro.

“Nosotros estamos pagando 60 dólares al mes a las pandillas para que no hagan daño a la hija de 14 años que se quedó allá y a la madre de Marcos”, explica Jenie.

Villanueva de 40 años es padre de tres hijas de 18, 14 y 12 años. La menor es la única nacida en Estados Unidos, y la de 14 vive en Honduras. Marcos trabaja en la pintura, y su esposa Jenie en una empacadora de cigarros.

El hondureño lleva 13 años en el país. Desde agosto y casi por tres meses, ha estado detenido en el centro migratorio James Musick en la ciudad de Irvine, en el condado de Orange.

Su esposa cuenta que teme por la vida de Villanueva, ya que fue testigo del asesinato de un amigo cuando vivía en Honduras, y él tenía mucho miedo de regresar.

Las últimas semanas en detención, la salud y el estado de ánimo del hondureño han decaído mucho.

Su esposa lo había visto mal durante las visitas al centro de detención. “Está demasiado delgado. Pesaba 215 libras y ahorita está pesando 155”, dice.

La Opinión se encuentra a la espera de un comentario de ICE sobre el caso de Marcos Villanueva.

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