[FOTOS] Misticismo y magia en previa celebración del Día de Muertos
La riqueza de la cultura y las tradiciones mexicanas se unen en el sincretismo del cristianismo y las costumbres prehispánicas
Decenas de miles de personas participaron en las ceremonias religiosas, rituales y festividad previa al Día de Muertos en los camposantos de Hollywood Forever y Oxnard Cemetery.
En el décimo noveno año consecutivo del festejo, en Hollywood Forever se enalteció esta vez a Coatlicue, una deidad de la mitología prehispánica, madre de todos los dioses del panteón azteca y madre de Huitzilopochtli —el dios del sol y de la guerra.
“Ella es la Gran Madre, en la que coexisten la matriz [la fertilidad] y la tumba [la muerte]”, dijo el doctor Manuel Aguilar, profesor de arte e historia en Cal State LA. “Después de que fue encontrada su estatua, fue reincorporada a la cultura de México”.
La celebración causó la admiración de individuos de todas las razas, quienes aprendieron que a la diosa Coatlicue se le considera una deidad aterradora y pagana.
Su efigie fue descubierta de nuevo en el siglo XX y es uno de los objetos principales que se encuentran en el Museo Nacional de Antropología y en la identidad mexicana / azteca.
“La cultura de México es increíble”, destacó Shayla Beesley, una residente de Culver City quien fue al evento acompañada por su pareja, Laurence Geguzis, y su pequeño River, de 9 meses de edad. “Mi madre [Tegan Ollie] falleció de cáncer en 2013 y hoy es día para celebrar su vida”.
Decenas de personas que llegaron de San Francisco, San Diego, Riverside y diversos condados de California recorrieron las calles del Hollywood Forever, el cementerio y parque conmemorativo más antiguo de Hollywood que data de 1899 —que era el único panteón en el país que abría sus puertas y daba la bienvenida a la comunidad que lo rodea para conmemorar El Día de los Muertos.
“Las familias han venido a honrar a los que ya se fueron de este mundo”, dijo Laura Guerrero, directora de altares del evento. “Este año decidimos honrar a la diosa Coatlicue y en alianza con Cal State LA, el profesor Manuel Aguilar y sus estudiantes de arte prehispánico nos ayudaron para destacar parte de la riqueza de nuestra cultura mexicana”.
El Día de los Muertos fue el resultado del sincretismo entre las tradiciones de los pueblos indígenas del México prehispánico y la religión católica traída de España por misioneros y los conquistadores.
“Para nosotros que estamos en medio de dos mundos [México y Estados Unidos] nos hace falta la conexión con nuestra comunidad indígena y nuestras raíces”, añadió Laura Guerrero.
“Por ello, para nosotros es importante conocer las ceremonias ancestrales que nos dan identidad, que nos ayuda a entender quiénes somos y de dónde venimos”.
El Día de los Muertos, de hecho, fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 2008.
Altares y ofrendas
“Nosotros hemos traído nuestras ofrendas a los difuntos”, comentó Viri Padilla, quien junto con un grupo de primas y amigas de “amor Eterno” Face Art —un negocio de arte se dedicó a pintar los rostros de los visitantes.
“Este día es cuando los espíritus de las personas que murieron regresan y vienen a degustar con los vivos aquellas cosas que más les gustaban cuando vivían. Yo celebro en honor a mi hermano Edgar que murió en 2008”.
En el altar de los programas extraescolares LACER (Literatura, Arte, Cultura, Educación y Recreación) que se ofrecen en las escuelas intermedias Hollywood, Bancroft, King e Irving, los estudiantes de la maestra Rosemary Martínez colocaron fotografías de artistas ya fallecidos como Prince, Aretha Franklin, la famosa pintora Frida Kahlo y su esposo Diego Rivera, de la reina del TexMex Selena y del “Divo de Juárez” Juan Gabriel, entre muchos más.
“Estos niños de los grados séptimo y octavo no solo son de México, sino de países de Centroamérica y hasta de Corea”, dijo la profesora a La Opinión.
“Muchos de ellos han aprendido así de quienes fueron sus antepasados, sus abuelitos o bisabuelitos y la cultura de respeto a ellos, aunque ya hayan fallecido”.
La creencia popular es que las almas de quienes se adelantaron en el camino de la muerte regresan de ultratumba y por ellos se les recibe con una ofrenda donde se coloca la comida y bebida favorita del difunto, además de frutas, calaveras de dulce, y en el caso de los niños se ponen juguetes.
“Para nosotros, en la cultura náhuatl hay nueve caminos que recorre el alma cuando la persona muere: Apanohuaia, que es el lugar de perros donde está el xoloitzcuintle que no deja cruzar el río a la persona; el Tepectlimonamictlan, lugar donde se juntan los cerros; Iztepetl, un cerro cubierto de filosos pedernales; Itzehecayan, el lugar donde el viento sopla muy fuerte y el alma lucha para seguir volando y Paniecatacuyan, el lugar donde la gente vuela”.
“El Timiminaloayan es el lugar donde la gente es flechada y Teocoyohuehualoyan, que es donde los jaguares abrían el pecho a los muertos para comerse el corazón; Izmiltlan, que es una laguna de aguas negras y Chicunamictlan, donde el muerto atraviesa las aguas del río”, agregó.
“Es una muerte muy complicada, pero por eso pusimos en el altar la varita mágica para que el muerto se defienda”, contó Estrella Valentín, integrante de Casa Puebla.
“También tenemos que colocarle al muertito el néctar de los dioses que es el pulque, pero todos esos caminos llevan finalmente al descanso eterno en el Mictlantecuhtli”.
Mientras tanto, los cementerios y mortuorios católicos de la Arquidiócesis de Los Ángeles albergaron por tercer año consecutivo, una celebración del Día de los Muertos en el cementerio de Santa Clara en Oxnard.
Ahí se exhibieron cerca de 100 altares construidos por familias y hubo un altar comunitario disponible para que las personas lo decoraran con fotografías de sus seres queridos que han partido.
La celebración fue gratuita y ofreció una oportunidad única para que las familias celebraran una vibrante tradición católica que une la fe y el patrimonio cultural para conmemorar el
Día de las almas a través de la oración, la danza, las canciones y las “ofrendas [altares].
Creencias sobre el significado de las ofrendas:
Flor de cempaxúchitl: Conocida como “flor de veinte pétalos” se utiliza para decorar el camposanto, y crear caminos que guíen a los espíritus hacia las personas que los visitan.
Pan de muerto: Es la representación del esqueleto de los muertos.
Fotografías de los difuntos: Se colocan al frente de la tumba o el mausoleo para honrar al difunto.
Incienso o copal: El humo es la “guía” para que los muertos puedan llegar a sus seres queridos.
Velas y veladoras: Representan el fuego y la luz que “ilumina” el camino de las almas.
Calaveritas de azúcar: en tiempos prehispánicos se utilizaban cráneos verdaderos. Con el paso del tiempo se sustituyeron con calaveras hechas a base de azúcar, chocolate o amaranto. Cada cráneo representa a un difunto.
Papel picado: se refiere a la alegría del encuentro con los difuntos.
Festín: Comida (platillos), bebida (generalmente alcohol o cerveza), botana (frutas y dulces) que eran preferidos por el muerto.