Polémica por “virreyes” que vigilarán a gobernadores en México

Reacciones ante la nueva figura político-administrativa de los vicegobernadores propuesta por AMLO

Javier Duarte

Javier Duarte, exgobernador de Veracruz. Crédito: EFE/Archivo

MÉXICO  La aprobación en el Congreso de una serie de modificaciones a la Ley de la Administración Pública Federal que da luz verde a la creación de una inédita figura conocida oficialmente como “delegados estatales” y extraoficialmente como “vicegobernadores” o “virreyes” pronostica una tensión  entre gobernadores del país y la administración de Andrés Manuel López Obrador.

De acuerdo con los funcionarios de Morena, el partido fundado por el presidente electo, los delegados pretenden ser un enlace de comunicación directa entre la provincia y el primer mandatario y evitar así que se pierda la información entre tantos enlaces como ha ocurrido hasta ahora que cada secretaría federal tiene un representante local.

Además, argumentan, se trata de tener ojos de observación sobre los ejecutivos locales, que bastante dolor de cabeza han dado en el pasado con todo el poder a sus anchas y poca vigilancia como ocurrió con Javier Duarte, acusado de lavado de dinero, corrupción, enriquecimiento ilícito y hasta de haber permitido la entrada de los cárteles.

El caso Duarte fue uno más visibles mediáticamente, pero durante muchos años, las denuncias civiles han apuntado a los “virreinatos” que ejercían los gobernadores en sus terruños sin contrapesos.

“La figura de los delegados se explica por la necesidad de vigilancia que va a tener el Ejecutivo Federal de cada una de las instrucciones y políticas públicas que se van a instrumentar en los estados”, dijo Dolores Padierna, exsenadora y una de las políticas cercanas a López Obrador.

“El presidente tiene el derecho a tratar un asunto de manera directa, la facultad de revisar sus decisiones tomadas”, agregó.

Pero la figura cayó como una bomba en la oposición que considera a los “vicegobernadores” como un intento del presidente electo de ejercer el control político total al estilo del virreinato (durante la época de la colonia española) y manejar los programas sociales como botín.

“No queremos gobiernos paralelos, ni que los municipios se queden sin el presupuesto adecuado porque no obedecen al presidente”, observó Ricardo Gallardo, coordinador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados.

Durante la discusión del tema en la Cámara Baja, los legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) argumentaron que se debilitarán las facultades de los gobernadores, ya que de ellos dependerá el ejercicio de recursos políticos y económicos.

Tiene su lógica, afirma Gustavo Rentería, analista político. “¿Qué va a pasar?: Algunos empresarios, vacunándose ya, dejaron desde hace una semana de dirigir sus esfuerzos hacia el gobernador en turno, y se enfocan en los futuros coordinadores”, por ejemplo.

Debido a algunas modificaciones que tuvo sufrió le iniciativa de la administración pública en otros temas ajenos a los delegados, se regresó al Senado donde se harán las correcciones, pero, según las proyecciones políticas la figura de los vicegobernadores será una realidad en los próximos años.

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