Los indocumentados dividen al mundo en pacto migratorio de la ONU

Además de EEUU, Chile, República Dominicana y una decena más de naciones rechazan el acuerdo

La expulsión de personas de sus países preocupa a las Naciones Unidas.

La expulsión de personas de sus países preocupa a las Naciones Unidas. Crédito: PEDRO PARDO/AFP/Getty Images

Con el rechazo inicial del gobierno del presidente Donald Trump, mañana se firmará el pacto migratorio mundial elaborado por Naciones Unidas (ONU), pero a la cita en Marrakech, Turquía, no acudirán varios de los principales países receptores de inmigrantes.

El punto críticos es considerar la inmigración como un derecho humano, sin poner límites a los indocumentados, algo que rechazan varias naciones, incluido el gobierno de Chile, una de las administraciones latinoamericanas que lo han expresado de ese modo.

“Si fuera un derecho humano, entonces estamos en un mundo sin fronteras. Creemos firmemente en los derechos humanos de los migrantes, pero no que migrar sea un derecho humano”, dijo el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla.

Países que son sobre todo receptores de emigrantes, como Australia, Italia, Bulgaria, Austria, Hungría, Polonia, Eslovaquia, República Checa, Suiza, Estonia, Lituania, Israel o la República Dominicana, anunciaron que no adoptarán el texto y no asistirán a la cita de Marrakech, un hecho que compromete la relevancia del evento.

Los principales argumentos que avanzan estos países es que el acuerdo, pese a su carácter no vinculante, puede generar compromisos políticos en detrimento de la soberanía de los Estados; además de que no establece una diferencia entre migrantes regulares e irregulares.

Las retiradas comenzaron el año pasado con Estados Unidos que se desmarcó del proceso de elaboración del pacto -consensuado en junio de 2017 tras 18 meses de intensas negociaciones- con el argumento de que contiene cláusulas que no son acordes con la política migratoria del presidente Trump.

La Misión de Estados Unidos ante la ONU acusó en un comunicado ayer a la organización de tratar de promover a través de este pacto “la gobernanza global a expensas del derecho soberano de los Estados a controlar sus sistemas de inmigración”.

Según los organizadores de la cumbre de Marrakech, dos tercios de los 193 países miembros de la ONU asistirán a la cumbre de Marrakech pero con diferentes grados de representatividad, de los que se destaca la presencia de al menos dos jefes de Estado africanos y algunos líderes europeos como la canciller alemana, Angela Merkel, o el jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, entre otros, además del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

El pacto migratorio, pese a no ser vinculante, genera rechazo y división interna dentro de los países que lo van a rubricar: en Bélgica, los nacionalistas flamencos de la Nueva Alianza Flamenca (N-VA) se retiraron este sábado de la coalición gubernamental debido a que el primer ministro, Charles Michel, va a acudir a Marrakech para rubricar el texto, con lo que a su regreso a Bruselas deberá acometer una remodelación gubernamental.

En Francia -que será representada en la cita de Marrakech por el secretario de estado de Asuntos extranjeros Jean-Baptiste Lemoyne aunque se esperaba antes la presencia de Emmanuel Macron– los ultraderechistas pidieron al presidente francés no avalar el Pacto.

Así, su líder Marine Le Pen llamó ayer a formaciones nacionalistas y ultraderechistas en Europa a crear un bloque unido en la Eurocámara para defender los “Estados-nación” y luchar contra la “inmigración de masas”.

Le Pen arremetió contra el pacto migratorio de la ONU que según ella “alentará” la inmigración hacia Europa y “obligará a subvencionarla”.

Frente al creciente rechazo al acuerdo, la ONU reitera que el documento no impone ninguna obligación a los países y que no es ni favorable ni contrario a la migración.

“La migración es una realidad, no es ni mala ni buena”, defendía la pasada semana la alta representante para las Migraciones de Naciones Unidas, la canadiense Louise Arbour, subrayando que lo importante es que los países trabajen juntos para gestionar mejor un fenómeno global al que no pueden responder en solitario.

El Pacto Mundial para la Migración se compone de 23 objetivos y es el primer documento mundial sobre este fenómeno que ofrece un marco de cooperación para gestionar mejor la migración a nivel local, nacional e internacional, así como identifica las mejores acciones en la materia.

La Organización Internacional para la Migración (OIM) defiende que el pacto “representa una oportunidad histórica para mejorar la cooperación internacional en materia de migración y para fortalecer la contribución de los migrantes y la migración al desarrollo sostenible”.

Según cifras de la OIM, hay más de 258 millones de migrantes en el mundo, lo que representa el 3.4 % de la población; una cifra que irá creciendo como resultado de la globalización, la creciente conectividad a través de comunicaciones y transporte, los desequilibrios demográficos y el cambio climático, entre otras razones.

Con información de EFE

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