Después de la muerte de su mejor amigo, un niño recauda dinero para pagar su lápida

Kaleb Klakulak llegó a Warren, Michigan, cuando tenía 11 años. Sus padres se habían divorciado y esa separación trajo muchos cambios en su vida: nueva casa, nueva ciudad y una escuela donde no conocía a nadie. Él era el nuevo.

Para un chico tímido y retraído como él esa situación no era nada fácil. Por suerte, conoció a K.J., otro niño con el compartía muchas cosas por lo que conectaron fácilmente.

“Fue divertido porque a él le gustaba casi todo lo que me gustaba”, recuerda Kaleb según menciona CNN.

Lamentablemente, K.J cayó enfermo, pero en ningún momento dejaron de ser amigos ni de estar juntos. Ni siquiera cuando K.J empeoró.

K.J. murió en mayo de insuficiencia cardíaca congestiva, después de una larga batalla contra la leucemia. Su gran amigo, Kaleb, quedó devastado.

Pero cuando Kaleb se enteró de que la mamá de K.J, LaSondra Singleton, no podía permitirse una lápida para la tumba de K.J., decidió sacar fuerzas de flaqueza y hacer todo lo posible para ayudar.

Kaleb comenzó a hacer trabajos ocasionales para recaudar dinero, como recoger botellas de refrescos para luego cambiarlos por monedas en los depósitos de reciclaje del supermercado.

También creó una cuenta de PayPal solicitando donaciones para la lápida. El objetivo se fijó en $2,500 dólares. Mientras las donaciones continúan llegando, Kaleb quiso entregarle la parte necesaria a la madre de su difunto amigo para costear la lápida que lo honre.

El niño no lo está pasando nada bien y extraña a su amigo fallecido. Hasta tal punto que su madre afirma que no ha podido hacer más amigos.

“Creo que es difícil para él porque tiene miedo. No quiere perder a otra persona”, explicó Hall, su madre, al medio antes mencionado.

Una historia de amistad en tiempos tan difíciles que ojalá sirva de inspiración para el mundo, según expresó la madre de K.J.