Editorial: Año nuevo, gobierno nuevo, problemas viejos
A partir de hoy, los demócratas deben ejercer una vigilancia enérgica
La primera misión de los demócratas que se hacen cargo de la Cámara de Representantes es resolver el cierre del gobierno. En 2018 los republicanos se marcharon a casa a celebrar las fiestas decembrinas sin asignar el dinero para 800,000 empleados, que tuvieron muy poco que festejar.
Es significativo que este sea el fin del “gobierno unificado republicano”, que empezó con muchas promesas y terminó en una crisis con un cuarto del gobierno cerrado. La historia recordará la Sesión 115 del Congreso como un reflejo de la división dentro del Partido Republicano. Lo único que logró fue un deficitario recorte de impuestos para beneficio de grandes empresas y adinerados.
Los congresistas republicanos pasan ahora a lo que parece su lugar preferido en la escena política: la oposición intransigente. Destaca en ella el grupo intransigente llamado Freedom Caucus al que el presidente Donald Trump presta atención. Ellos representan el respaldo político al Presidente en su intento de cesar el cierre de su propio gobierno a cambio de $5,000 millones para el muro fronterizo.
La gran tentación para los demócratas es utilizar el nuevo poder que tendrán en la Cámara Baja con el fin de iniciar un proceso de enjuiciamiento y destitución contra Trump. Pero aunque abundan las sospechas sobre violaciones a la ley y conflictos de interés del mandatario, eso sería un grave error.
Entre las misiones del Poder Legislativo está la de fiscalizar al Ejecutivo. El Congreso tiene la autoridad para vigilar y cuestionar las acciones de la presidencia. Hasta ahora Trump gozó de un Congreso que se negó a cumplir con su deber.
A partir de hoy, los demócratas deben ejercer una vigilancia enérgica. Su misión principalmente es gobernar. Pero deben resistirse a crear una percepción de que hay una persecución contra el Presidente. A la larga eso le ayudará a Trump.
Los nuevos cambios en las normas que rigen la acción de la Cámara de Representantes marcan una senda positiva.
Se remueven los obstáculos para considerar impuestos adicionales. Se crea un Comité Selecto para el Cambio de Clima, en vez de ignorar el tema. Se refuerza el Comité de Ética con el regreso de un Subcomité investigador. La Cámara Baja ahora será una defensora de la Ley de Seguro Médico -en vez de una enemiga- y protegerá la integridad los programas de asistencia nutritiva.
Es necesario que los legisladores tengan una agenda positiva que marque el contraste con la mezquindad, falta de visión y divisionismo que surge de la Casa Blanca.
La Constitución creó una división de poderes en el gobierno para mantener un equilibrio, para evitar abusos. En esta nueva sesión del Congreso, finalmente alguien estará vigilando la presidencia.